En los dos últimos enfrentamientos entre Espanyol y Barcelona, uno de Liga y otro de Copa del Rey, los culés habían denunciado una violencia desmedida de los jugadores ‘pericos', mientras que los blanquiazules habían hecho lo propio con las provocaciones de los azulgranas. Sin embargo, los entrenadores habían pedido firmar la paz para el partido de este miércoles, algo de lo que Alves ha pasado olímpicamente.
No habían trascurrido casi ni diez minutos de partido y Dani Alves aprovechó para clavarle los tacos a Salva Sevilla en el tobillo. Lo más gracioso es que una jugada así debería suponer la expulsión inmediata, pero el colegiado Fernández Borbalán sin siquiera se ha dignado a pitar falta, lo que ha encendido aún más los ánimos y ha servido como detonante para que ambos equipos se hayan dicho y dado de todo.
Pero no solo Alves ha sido el único en caer en el juego sucio, ya que Aleix Vidal y Rakitic también vieron tarjetas, sobre todo el croata por una feísima entrada. De hecho, el partido fue un nuevo ejemplo de la guerra que mantienen los dos equipos en el terreno de juego en las últimas semanas con patadas y provocaciones por parte de los dos bandos.
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