El 'salvador de barcos' Joel Santana naufraga en su aventura más osada





Con esa fama y recomendado por Carlos Alberto Parreira, su predecesor con los 'Bafana, bafana', llegó a Sudáfica en 2007 para erigirse en comandante de un grupo desmotivado y desorientado, sin cohesión y motivación para navegar hacia un Mundial al que ya estaba clasificado sin jugar un partido, por su condición de anfitrión. Conocido por su carácter recio, sus exabruptos y su amor a la disciplina, a Joel no le faltaron los arrestos para mandar a galeras a Benny McCarthy, uno de los mejores jugadores de toda la historia del combinado sudafricano, pero que alteraba demasiado el vestuario a juicio del 'profesor' Joel.

Desde el primer día, aplicó su mano dura con los jugadores e intentó imponer el juego defensivo y el control de la pelota como el mapa y la brújula con la que reordenar al conjunto africano. Con esta receta, que ha aplicado en muchas ocasiones, tuvo un comienzo titubeante, pero consiguió enderezar el rumbo y dejar buen sabor de boca en la Copa de la Confederaciones con un honroso cuarto puesto. Dejó, entonces, buena imagen ante los aficionados, aunque con tan solo una victoria, ante Nueva Zelanda. La prueba de fuego antes de la cita mundialista, en la que logró hasta un empate contra su Brasil natal, parecía suficiente para mantenerlo abordo hasta el Mundial, pero los últimos resultados, ocho derrotas en nueve partidos, llevaron a la Asociación Sudafricana de Fútbol (SAFA, en inglés) a arrojarle a los tiburones.

El despido no ha perturbado al pétreo Joel, que ha declarado a medios brasileños estar "tranquilo" a pesar de ver cómo se esfuma su sueño de dirigir a una selección en un Mundial. Ese fue el motivo que le llevó a dejar al Flamengo, su anterior equipo, en un momento en el que el equipo estaba lanzado en la Copa Libertadores. Santana, que había llegado al Flamengo en un momento delicado y con una plantilla limitada, consiguió transmitir su garra y voluntad de lucha a sus jugadores, llevando al equipo a los puestos de cabeza en el Campeonato Brasileño de 2007 y hasta los octavos de final de la Copa Libertadores de 2008.

El entrenador se despidió del conjunto carioca en un momento amargo, puesto que sufrió el mazazo de verlo perder en casa por 0-3 ante el América mexicano. El varapalo inesperado dio la vuelta al favorable 2-4 de la ida que hacía creer al técnico que dejaba al equipo en buena posición para pasar a cuartos de final. En aquella ocasión se despidió con lágrimas, a pesar de haber sufrido numerosos reveses y fracasos, grabados como cicatrices, a lo largo de 29 años de carrera como entrenador. Entre el 2003 y el 2004 tuvo que sufrir cuatro despidos, algo casi habitual en una exigente Liga brasileña en la que pocos técnicos logran completar una temporada a cargo del mismo equipo.

Los títulos también figuran en el diario de abordo de Santana, que ha ganado el prestigioso campeonato regional de Río de Janeiro con los cuatro equipos grandes de la ciudad, lo que le llevó a ser apodado por la prensa como el 'rey de Río'. A estos cuatro trofeos, se debe añadir la salvación del descenso de equipos como el Flamengo, América de Río de Janeiro, Guaraní, Brasiliense, Internacional, Vitória y Bahía, lo que fue agradecido por las aficiones de los clubes como auténticos títulos de campeón. Joel Natalino Santana, cuyo segundo nombre se debe a haber nacido en el día de Navidad de hace sesenta años, ha desarrollado casi toda su carrera, como jugador y como entrenador, en Río, aunque también tuvo algunas experiencias en otros equipos brasileños y dos de Arabia Saudí y el Vegalta Sendai japonés, entre 2006 y 2007.