La venta del Mini Stadi todavía colea

La revista Barça oculta a los socios que la Junta ha comprometido 30 millones de euros para compensar su venta





Los socios del Barcelona no ganan para disgustos. Entre que las entradas son más caras para ellos que para los clientes de Servicaixa, y los delirios independentistas de su presidente, los aficionados culés están deseando de una vez por todas que termine el mandado presidencial de Juan Lapuerta, que ha supuesto muchos títulos para el Barça, pero que ha dejado a la entidad en una situación económica deplorable.

Para intentar paliar el desastre financiero que ha sido su gestión, Lapuerta recurrió a sus amiguitos independentistas del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat para conseguir una buena inyección de fondos fuera de donde fuese. Y lo consiguieron, de una manera un tanto ilegítima, mediante la venta de los terrenos correspondientes al Mini Stadi. Una operación que trajo consigo el descontento de los vecinos de esa zona ya que supondría el aumento de la población en una zona que ya está bastante sobrehabitada de por sí.

Pero, no contentos con estos, Lapuerta y los suyos se han propuesto ocultar en la medida de lo posible los detalles de esta operación urbanística a sus socios. Y el más importante de ellos es que la Junta Directiva se comprometió con las distintas institucionales catalanas a otorgarle 30 millones a todos aquellos organismos que vayan a gestionar la actuación sobre esa zona "con la finalidad de obtener el suelo de Montcada Reixac, donde se construirá un nuevo equipamiento deportivo de titularidad pública, así como la urbanización del ámbito”.

Dicho esto, parece evidente que la venta del Mini Stadi no va a suponer para el Barcelona el cuento de rosas que en un principio se preveía. 30 millones de euros es un coste muy alto para una operación de estas características (es más o menos lo que costó Henry). En definitiva, un nuevo palo para Lapuerta y compañía, quienes últimamente parecen no dar una a derechas.