Las imágenes de lo ocurrido el sábado en el Campo Nuevo están muy claras y prácticamente nadie se atreve a afirmar que la caída de Xavi en el área fue digna de penalti. El "prácticamente" es porque todavía hay alguno que intenta defender lo indefendible, como el propio protagonista de la jugada. Lo cual sólo se explica en un intento de cubrir la antideportiva acción, indigna de un jugador que se supone que está entre los mejores del mundo.
"Sí, claro que fue penalti. Baena me agarró por la camiseta e Iturralde lo vio enseguida. ¿Que él asegura que no hubo nada? Normal..." ha señalado ni corto ni perezoso el menudo centrocampista. Algo que tiene mérito, porque junto a Iturralde parece ser la única persona del mundo que dice que fue falta. Lo triste es que esto haya bastado para que el Barça consiguiese su inmerecido triunfo, lo que les ha permitido volar a Emiratos Árabes con la tranquilidad de los puntos y quizás la conciencia no muy limpia.
Pero su estafa ha quedado al descubierto una vez que el jugador del Espanyol, el que Xavi afrimaba le había confesado que había sido penalti, habló ayer: "No es penalti y él sabe que no fue penalti. En ningún momento lo desequilibro ni nada de nada". Contundente Baena que deja al centrocampista azulgrana como un tramposo y un estafador ya que ha vendido algo que no es verdad.
Por tanto, todo apunta a que el jugador ha querido echar balones fuera, aunque esto suponga intentar tomar el pelo a los aficionados al fútbol. Lo lógico y propio de un buen deportista hubiera sido admitir su piscinazo, pero Xavi parece haber preferido continuar con el engaño antes que asumir las responsabilidades. Pero eso sí, seguramente nadie le ha podido librar de la "bronca" de Iniesta, ahora que el de Fuentealbilla se dedica a ser el azote de los piscineros.
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