El entrenador catalán aseguró hace unos días que los seis títulos que ganó su equipo no tuvieron “nada que ver con el tema de los árbitros” pues en los vestuarios del Campo Nuevo “había mucho esfuerzo y mucho sacrificio”. Sin despreciar la mayor o menor capacidad de su plantel, a Guardiola se le vuelve a pasar por alto que de no ser por un ÁRBITRO, el mítico noruego OBREVO, ni la Champions ni la Supercopa de Europa ni esa mamarrachada de la FIFA llamada mundialito habrían llegado al Campo Nuevo. Nunca una frase dejó tan en ridículo a un protagonista. Ni siquiera la Copa del Rey, pues en semifinales en el Campo Nuevo, el árbitro se tragó un clamoroso penalti de Márquez de Trejo.
La pena de todo esto es que la corriente que mueve el país, la barcelonista-antimadridista no para de elogiar al Barcelona interpretando que el resto de personalidades que no mama esa corriente es, poco menos, que gilipollas. No señor, Guardiola. Ustedes ganaron seis títulos ROBANDO. Al Chelsea le quitaron la cartera, los billetes y todo lo que se les puso por delante y al Mallorca exactamente lo mismo. Eso sí que es algo para no olvidar aunque vender la superación y el esfuerzo sea la táctica que nos quieren colar los interesados de turno.
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