La presencia del futbolista con el grupo por primera vez tras la grave lesión que sufrió en enero, acaparó toda la atención en el primer entrenamiento de la semana, a falta de cinco encuentros para el final de la temporada.
Filipe ha acortado, con muchas horas de esfuerzo y sesiones de recuperación maratonianas, los plazos fijados por los médicos tras la intervención quirúrgica de urgencia a la que fue sometido el pasado 23 de enero, horas después del partido con el Athletic de Bilbao.
El jugador brasileño sufrió una fractura en el tobillo de la pierna derecha con una luxación de tobillo en la acción en la que marcó el primer gol de los coruñeses ante los vascos, cuando el portero Gorka Iraizoz, de forma fortuita, le cayó encima de su pierna de apoyo.
Los médicos del Deportivo estimaron, entonces, que el tiempo de recuperación estaría entre los cuatro y los seis meses, tal y como anunció el traumatólogo que lo operó, Rafael Arriaza, el mismo día de la intervención, cuando aseguró que el jugador debía pensar en recuperarse para la próxima temporada.
Sin embargo, Filipe siempre confió en reaparecer antes del final de la temporada para tener opciones de estar en el Mundial. "Mi objetivo personal es volver a jugar esta temporada. Sería para mí una victoria. Lo que quiero es volver muy bien, como antes, y que no pierda la confianza. Hay un Mundial y quiero por lo menos estar disponible. Sé que es complicado que esté en la lista, pero es posible", señaló el internacional brasileño.
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