Unas 40.000 personas se concentraron en ambiente festivo en el centro de Barcelona, desde antes de las 21 horas. Sin embargo, cerca de la medianoche la fiesta dio paso al vandalismo y la violencia, cuando algunos aficionados culés comenzaron a subir a un andamio situado en el número 142 de La Rambla, ante la fuente de Canaletas, y comenzaron a romper la lona que la cubría. Posteriormente, procedieron a quemar diversos trozos, lo que hizo necesaria la intervención de los Bomberos de Barcelona ante el riesgo de incendio y para garantizar la seguridad. En paralelo a la quema de la lona, se produjeron numerosos daños al mobiliario urbano y lanzamiento de objetos a la línea policial. La famosas Canaletas se había convertido en el escenario más propio de una película de guerra que de una celebración de Liga.
Antes de la intervención policial, los agentes realizaron diversos avisos por megafonía para que desalojaran la zona. No obstante, este grupo de aficionados, extasiados por la victoria culé, no depuso su actitud violenta y continuó lanzando objetos como piedras y botellas contra los agentes, lo que comportó una nueva carga para desalojar la plaza Cataluña y evitar que continuase el lanzamiento de objetos. Fruto de la actuación policial, algunos de los individuos dispersados realizaron fuegos y hogueras en algunas calles alrededor de plaza Cataluña, que comportaron daños al mobiliario urbano y vehículos.
El balance de fiesta blaugrana se saldó con 104 detenidos a cuya mayoría se les imputa delitos de desórdenes públicos y atentado a los agentes de la autoridad, pese a que también hubo arrestos por presuntos hurtos.
Fuente de la imágen: Diario As.
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