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La inclusión de Valdés, en principio, como tercer portero de la roja rompe con el molde que Del Bosque había cocinado desde que cogiera las riendas de la selección tras la Europa. El del Barcelona irá a sumar aunque en su foro interno debe ir preparado para ser el descarte en cada partido o, al menos, en los que España se juegue algo. Esa es la teoría aunque en la práctica, una vez en Sudáfrica, Del Bosque podría catapultarle a suplente de Iker. Además, el entrenador salmantino deberá lidiar con las presiones exteriores que, a buen seguro, aparecerán pidiendo la titularidad de Valdés.
La línea defensiva parece la más asentada. Ramos, Puyol, Piqué y Capdevilla tienen todas las papeletas para considerarse titulares aunque la polivalencia de Arbeloa le da posibilidades en detrimento del jugador del Villarreal. Albiol y Marchena, especialmente el primero, completan una zaga corta en efectivos pero muy polivalente en su composición.
El centro del campo, principal arma español
En el centro del campo puede estar el gran quebradero de cabeza para Del Bosque. La cantidad y, sobre todo, la calidad de los españoles en esa zona del campo dotan a España de los mejores centrocampistas del planeta. Además, la variedad en el sistema que hombres como Navas o Mata, en su concepción de jugadores de banda, pueden ofrecer a la roja es vital. El juego de toque quedará para los Xabi, Iniesta, Xavi y Fábregas. Cuatro jugadores made in tocones que verán aderezada su capacidad con la fuerza de Javi Martínez.
La delantera, salvo contratiempo, parece reservada para Villa y Torres. Y eso que el del Liverpool llega en un momento complicado por la lesión de rodilla que ha sufrido y que le ha obligado a perderse el final de temporada. Pese a todo, Del Bosque le esperó y le seguirá esperando. Escuderos de lujo como Llorente o Pedro estarán en la recámara para sacar las castañas del fuego cuando la ocasión lo demande. En definitiva, un lujo de selección que irá a Sudáfrica con un objetivo: ganar el Mundial.
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