Higuaín quiere devolver la gloria a Argentina

Maradona confía en dirigir a su elenco de estrella en dirección a la final del Campeonato





La 'albiceleste', campeona en 1978 y 1986, lleva ya 24 años sin conseguir el trofeo más anhelado y quiere reencontrarse con la gloria de la mano de la máxima figura en la historia de su fútbol, Diego Armando Maradona, que asume el compromiso de dirigir a varias de las estrellas más rutilantes del planeta, y del que es su heredero.

Pese a contar con uno de los equipos más fuertes sobre el papel, con jugadores que triunfan en los mejores clubes europeos, lo cierto es que el camino de Argentina a la que será su décima cita mundialista consecutiva estuvo lleno de espinas.

Y es que el combinado sudamericano sólo pudo sumar 28 puntos, su registro más bajo desde que se adoptara el actual sistema eliminatorio, y con fracasos sonados, que cerca estuvieron de costar el puesto al 'Pelusa' como la humillante goleada (6-1) frente a Bolivia o la segunda derrota como local en su historia contra Brasil (1-3). Un agónico gol de Martín Palermo ante Perú y la victoria ante Uruguay evitaron la repesca.

Pese a su irregular caminar por la fase clasificatoria, Argentina, por historia y por potencial, será, sin duda, uno de las máximas favoritas para alcanzar la final mundialista, algo que lograría por quinta vez en su historia, tras imponerse a Holanda en 1978 y a Alemania en 1986, y cayendo ante Uruguay en 1930 y ante el combinado germano en 1990.


Esa cita de Italia de 1990 fue precisamente la última gran actuación en un Mundial de una selección que, desde entonces, nunca ha podido visitar las semifinales. Octavos de final en Estados Unidos 1994, cuartos en Francia 1998 y Alemania 2006 y primera fase en Corea y Japón 2002 marcan el historial más cercano de la bicampeona del mundo, que quiere regresar en Sudáfrica a la élite mundialista.

Para su nuevo examen, Argentina acude con un equipo repleto de figuras, sobre todo arriba donde junto a Messi, aparecen Higuaín, el 'Kun' Agüero, Tévez, Diego Milito, estelar en la final de la 'Champions', o el 'salvador' Palermo. Una defensa curtida y un mediocampo con la contención de Mascherano, la creación de Verón y el talento de Di María, completan un equipo capaz de lo mejor y de lo peor.

MESSI, LA ESTRELLA APAGADA CON ARGENTINA QUIERE BRILLAR POR FIN.

Como pocas veces en los últimos años, las esperanzas de los argentinos están depositadas en lo que pueda hacer un jugador en particular y ese no es otro que Lionel Messi. Sin embargo, la 'Pulga', figura máxima en el Barcelona y considerado como el mejor futbolista del mundo, aún no ha conseguido explotar con la camiseta de su selección.

El último 'Balón de Oro', 'FIFA World Player' y nueva 'Bota de Oro' ha rayado en sus actuaciones con Argentina a un nivel muy inferior al mostrado con los azulgranas, probablemente por las diferencias de estilo entre ambos equipos, por lo que aguarda la cita mundialista deseoso de terminar con las críticas de sus compatriotas y de confirmarse de una vez por todas como la gran estrella de la 'albiceleste'.

Y es que el menudo jugador, continuamente comparado con el que es ahora su seleccionador, una 'sombra' quizás demasiado alargada al principio, quiere emular lo que el 'Pelusa' hizo hace 24 años en México, cuando lideró una selección, cuya calidad estaba lejos de la actual.

Veloz con el balón pegado a los pies, su pierna izquierda es letal para los defensas, que no saben por donde va a salir el pequeño delantero, sobre el que están depositadas las esperanzas de un país, demasiado tiempo oscurecido por los éxitos de Brasil.

MARADONA, ANTE SU GRAN RETO.

Diego Armando Maradona, considerado como uno de los mejores jugadores de todo los tiempos, tiene ante sí la posibilidad de consagrarse también como técnico. Frontal, impulsivo y polémico, mantiene el aura exhibida a lo largo de toda su carrera e intentará transmitir su experiencia a un grupo de jugadores que le admiraron como futbolista hasta hace poco tiempo atrás.

Como entrenador, Maradona tuvo pasos fugaces por Mandiyú de Corrientes en 1994 y Racing Club de Avellaneda en 1995, antes de volver a los terrenos de juego como jugador. Ahora le ha llegado el turno de probarse al máximo nivel al frente de la camiseta de sus amores.

El primer paso, el de la clasificación, dejó muchas dudas en torno a su valía como entrenador, que ahora tratará de disipar. Sus continuas salidas de tono y los bandazos a la hora de confeccionar las convocatorias le hacen estar siempre en el punto de mira, pero en Sudáfrica tendrá su gran oportunidad de demostrar que está preparado para el cargo.

La casualidad ha querido que el 'Diez', que como jugador ha disputado cuatro Mundiales (1982, 1986, 1990 y 1994), debute como técnico en una Copa del Mundo ante Nigeria, el mismo rival al que se enfrentó en su último partido mundialista como jugador, en Estados Unidos 1994, cuando volvió a dar positivo en un control antidopaje.