EE.UU. quiere continuar con la racha de la Confederaciones

Los norteamericanos eliminaron a España en el torneo internacional





Los estadounidenses consiguieron su pase para Sudáfrica 2010 con solvencia, liderando el grupo de la fase final de clasificación de la CONCACAF con veinte puntos, uno por delante de México, y cuatro por encima de la plaza que daba acceso a la repesca y que ocupó Costa Rica.

Ahora, para el combinado americano se presenta un nuevo examen mundialista. Queda ya lejano el tercer puesto en Uruguay 1930 y tras su participación en Brasil 1950, estuvieron 40 años sin acudir y el fútbol quedó eclipsado por el auge de otros deportes como el fútbol americano o el béisbol.

El despertar llegó en 1990, con la clasificación para el torneo de Italia, preludio de 'su' Mundial cuatro años después cuando ya evidenciaron sus progresos, que se vieron reflejados en Corea y Japón 2002, cuando acariciaron las semifinales, cayendo ante Alemania en los cuartos de final, un éxito que no tuvo continuidad en 2006 donde no superaron la primera fase.

Aquel revés provocó la renovación en el combinado americano con la marcha de jugadores importantes como Claudio Reyna, Brian McBride y Eddie Pope, y la llegada de Bob Bradley en sustitución de Bruce Arena, que mostró sus credenciales en la pasada Copa Confederaciones, donde perdió la final ante Brasil tras eliminar a España en 'semis', por lo que puede presumir de ser la única en derrotar a la campeona de Europa en los últimos tres años.


El resultado en este torneo, y sobre todo las sensaciones ofrecidas ante la campeona de Europa y la 'canarinha', hacen que el optimismo reine de cara a la cita sudafricana. El objetivo es superar la primera fase, para lo que optan Eslovenia y Argelia, pero también el de poner las cosas difíciles a Inglaterra, gran favorita en el Grupo C.

A pesar de su falta de nombre, Bradley ha convertido a sus discípulos en un bloque combativo, y ha aprovechado su experiencia con la cantera para preparar una plantilla que combina estrellas de otras ligas con jóvenes promesas de la Major League Soccer (MLS).

Así, cuenta con un portero irregular, pero efectivo como Tim Howard (Everton), mientras que la defensa está a la espera de poder contar con sus dos líderes de defensa, Oguchi Onyewu (AC Milan) y Carlos Bocanegra (Rennes), afectados por problemas físicos, sobre todo el primero con una grave lesión de rodilla el año pasado.

A partir del mediocampo aparecen sus jugadores más conocidos como DaMarcus Beasley, uno de los primeros en brillar en Europa, o Clint Dempsey, acompañados por su mejor futbolista, Landon Donovan, mientras que arriba tienen más problemas y lo consagrarán a la potencia de Jozy Altidore, ex ariete del Villarreal.

Donovan está ante su consagración

Sin embargo, por encima de todos sobresale Donovan, al que sus condiciones y cualidades le hicieron abandonar Los Angeles Galaxy, donde compartió vestuario y estrellato con David Beckham, para jugar en el Everton. El atacante, considerado el mejor futbolista de la historia en su país y con más de un centenar de internacionalidades, afrontará su tercer Mundial en Sudáfrica y, después de diez años con la selección estadounidense, considera que tienen "recursos para hacer algo especial" y cifra el primer objetivo en superar la liguilla y, a partir de ahí, seguir ganando partidos.

En la Premier League, donde buscaba minutos para no perder la forma, sólo ha disputado siete encuentros y ha anotado dos goles, lejos de los más de 40 que lleva con el combinado de las 'barras y estrellas', que sabe que muchas de sus opciones pasan por el estado del californiano.

Bradley lidera al equipo desde el banquillo

Bob Bradley es el encargado de dirigir los designios de la selección estadounidense desde la marcha de Bruce Arena, y después de que su federación apostase por un hombre de la casa y conocedor del fútbol del país en detrimento de Jurgen Klinsmann o Fabio Capello.

Y es que este técnico de 52 años conoce los entresijos de la MLS, de donde se nutre principalmente su combinado y que es la plataforma para que sus futbolistas salten a Europa. Con una carrera como entrenador desde los 22 años en la Universidad de Ohio, no fue hasta 1996 cuando entró en el mundo profesional, como ayudante del DC United.

De ahí, pasó al Chicago Fire, al que hizo conquistar el doblete en 1998 y el honor de ser elegido mejor técnico del año en los Estados Unidos. Posteriormente, siguió en la MLS para llegar a la sub-23 americano, su plataforma para llegar al combinado nacional absoluto. Pese a las críticas recibidas, su actuación en la Copa Confederaciones y la cómoda clasificación mundialista, le han reforzado, aunque fueron sonrojados por México en la Copa Oro (5-0).