Tras conquistar Europa, vamos a por el Mundo

España-Suiza (16.00)





El Mundial que debe encumbrar al fútbol español y, por ende, al deporte de nuestro país comienza, por fin, en la tarde de hoy. España, la gran favorita al cetro mundial, máxime tras ver cómo se las han gastado sus hipotéticos rivales en sus primeros partidos en Sudáfrica, entra en escena. Debutar el último día en el que se cierra la primera jornada de todos los grupos permite observar con perspectiva el panorama. Hasta ahora, salvo Alemania, poco o nada debe intimidar a la roja. Justo lo esperado.

FICHA TÉCNICA.

ESPAÑA: Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Piqué, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso, Xavi, Silva, Iniesta; y Villa.

SUIZA: Benaglio; Grichting, Lichtsteiner, Senderos, Ziegler; Barnetta, Inler, Huggel, Gelson Fernandes; Derdiyok y Nkufo.


ÁRBITRO: Howard Webb (ING).

ESTADIO: Moses Mabhida de Durban.

HORA: 16.00/Telecinco.

La campeona de Europa lo tiene todo para ganar el Mundial. Fútbol a raudales, banquillo proporcionado, sabiduría en el domador del grupo, ese Del Bosque al que desde ciertos sectores se ha intentado minusvalorar su trayectoria y un largo etcétera que se irá incrementando con el paso de los días y, sobre todo, de los partidos. Que los nuestros son los que mejor fútbol pueden ofrecer es indudable. Su reto es plasmarlo sobre la hierba. Suiza pinta como buen sparring en el debut. Un equipo europeo que nos conoce y que sabe de buena tinta lo que España ofrece. Jugarán a la italiana: encierro total y que la tómbola del pelotazo les toque en suerte. Poco o más se espera de los centroeuropeos.

Un centro del campo insuperable

España, sin embargo, puede y debe ganar jugando bien. Meter miedo a los rivales desde el primer partido debe ser la consigna. Con Xavi, Iniesta, Xabi Alonso y el repudiado Silva manteniendo el balón en fase colorada, los nuestros son invencibles. Lo sabe Del Bosque, lo sabe Suiza y lo sabe Sudáfrica. Incluso las vuvuzelas pueden dejar de tronar por el asombro del juego hispano aunque eso sí que tendría mérito.

Un buen comienzo es sinónimo de un buen final, dicen los puristas. No siempre es así, aunque si echamos la vista atrás a ese Europeo en el que volvimos a situarnos en el mapa futbolístico, el inicio fue un 4-1 a Rusia y una celebración de órdago en la plaza de Colón. Calcar ambas instantáneas puede ser el camino a la gloria. La que esperamos con deseo. La que nos merecemos de una vez por todas.