Honrad a vuestro país

Nadie lo hubiera pensado antes de empezar a rodar el cuero en Sudáfrica, sin embargo, España no llega al partido final de la primera parte clasificada. Es más, se juega mucho en el envite ante los chilenos. Tanto como la vida. Y es que el resbalón del primer partido ante Suiza todavía escuece en el seno de la selección. Y también en el entorno o, al menos, en parte de él. El empecinamiento en atizar a Del Bosque se ha convertido en el deporte de moda de algunos que se escudan en la derrota ante los suizos para tirarle del bigote al salmantino.

La pifia ante los suizos no deja de ser una mera anécdota dentro del maratón que supone un Mundial en el que la mayoría de jugadores, sobre todo los que juegan en Europa, llegan especialmente fundidos. España no es una excepción a la fatiga aunque cuenta con el mayor de los respaldos: su título en la pasada edición de la Eurocopa. Poco ha cambiado en España desde entonces en lo que a nombres se refiere salvo que la labor de Senna ahora la desempeñan dos jugadores, Xabi y Busquets, y que Silva ya no es tan indiscutible, especialmente porque el físico no le está respaldando en Sudáfrica. A pesar de todo ello, España tiene la obligación de ganar a Chile, por más que éstos puedan jugar con la opción del empate para asegurarse el primer puesto del grupo.

De Chile nos separan muchas cosas, especialmente, los tres puntos de ventaja que nos llevan. Compartimos idioma y, quien sabe, si clasificación para la siguiente fase. Los de Bielsa apuestan por exprimir el punto débil de los nuestros, el físico. El árbitro también jugará un papel muy importante. Si se muestra permisivo, malo. Más allá de eso, España debe encontrar el respaldo del buen fútbol y, sobre todo, el de la efectividad. Ni Villa ni, sobre todo Torres, deben permitirse errar más de la cuenta. Les va la vida en ello. Y la de su país también. El mundo necesita seguir viendo a la roja y éstos, tras maravillar a Europa, también tienen que maravillar al mundo. Rojo y en botella…¡a octavos!