Villa alimenta la ilusión española

El delantero asturiano se echa a la selección a la espalda en un partido que se sacó sin brillantez pero con mucho oficio. Villa marcó el gol en posible fuera de juego. Tras el gol español, no hubo rival


Villa, en el momento del gol




El destino quiso que justo dos años después de coronarnos como el mejor equipo de Europa e instaurar la hegemonía del tiqui-taca en el fútbol actual, la selección española debía medirse ante una grande como Portugal. El partido más importante hasta ahora para La Roja en este Mundial, y casi una reválida dada la fase de clasificación. Sin embargo, parece que en los primeros diez minutos del encuentro nada de lo sucedido en este pasado mes hubiera pasado y fuera el día después de la final en Viena, porque los chicos de Vicente Del Bosque salieron y arrollaron literalmente a los lusos. Torres avisó en el primer minuto con un tiro desde la esquina del área, para que un minuto después fuera Villa el que hiciera un disparo similar. En ambas, Eduardo despejó el peligro. Y en la siguiente fue Coentrao el que lo hizo, aunque eso sí, con más irregularidad que otra cosa. Torres se adelantó el balón y el lateral portugués empleó torso, brazos y todo lo que pudo para frenarle dentro del área. El colegiado argentino se hizo el sueco entonces, en la línea de lo que se ha venido viendo en esta competición.

Sin llegadas claras, Portugal estuvo a punto de adelantarse antes del descanso

En el minuto seis Villa todavía lo intentó una vez más, sin embargo fue igual de estéril que las anteriores, y lo peor de todo es que fue el último coletazo de este arreón inicial de La Roja, porque una vez superada esta fase, el partido entró un poco en barrena. Portugal se agazapó en su campo y España dejó de encontrar la portería rival. Tenía la posesión sin terminar de llegar con claridad. Se tocaba, se tocaba pero no se finalizaba. Por la derecha, por la izquierda, intentando pases en profundidad, con tiqui-taca, pero nada potable. Algo que ya ha sucedido en este Mundial. Y lo peor de esta falta de claridad es que enfrente no estaba Suiza, Honduras o Chile, sino Portugal, que a la contra sí que era capaz de hacer pupa. Tiago en el minuto veinte obligó a Casillas a esforzarse al máximo para despejar un potente chut desde fuera del área. El meta español despejó sin mucha fortuna pues el balón tomó la dirección contraria, hacia la propia portería, pero reaccionó fenomenal y fue capaz de despejar por segunda vez a pesar del empujón de Almeida que Baldassi no quiso sancionar. Y siete minutos después fue Cristiano el que avisó de nuevo a los chicos de Del Bosque. El madridista no había visto puerta en este Mundial con una falta lejana, y esta vez teledirigió el Jabulani desde 37 metros hasta la portería de Iker, que más mal que bien logró desactivar el disparo.

 


Todavía Almeida tuvo un centro a escasos centímetros de su cabeza que no llegó a rematar antes del descanso y que terminó de meter el miedo a todos los españoles. Y es que a base de latigazos, los hombres de Queiroz habían demostrado que podían llevarse el partido sin tener la posesión. Afortunadamente, a los diez minutos de la reanudación, el seleccionador de La Roja decidió mover el banquillo. Llorente salió en el lugar de un Torres que demostró estar muy muy lejos de aquel que fulminó a Alemania hace un par de años. Y ya fuera por el cambio o por casualidad, lo cierto es que el delantero del Athletic hizo en un minuto más que el del Liverpool en sesenta, y el partido se decantó hacia el lado español definitivamente. Un cabezazo de Llorente a centro de Ramos que despejó Eduardo fue la oportunidad más clara hasta el momento, y supuso el revulsivo que necesitaba La Roja. Y es que al minuto, Villa tiraba desde el balcón del área y, aunque su remate se marchaba a escasos centímetros del palo largo, esas jugadas fueron el preludio al 1-0. Una jugada en el 62 al borde del área llegó hasta las botas de Iniesta, que abrió hacia el costado izquierdo del área lusa, donde se encontraba Villa solo. El asturiano necesitó de dos remates para embocar a gol, pero finalmente con Eduardo en el suelo consiguió el tanto que alimentaba la esperanza de La Roja, y que fue el detalle que necesitaba el equipo para terminar de imponer su superioridad sobre el campo.

- La ficha:

1- España: Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Piqué, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso (Marchena, m.93 ), Xavi, Iniesta, Villa (Pedro, m.88); y Fernando Torres (Llorente, m.58).

0 - Portugal: Eduardo; Ricardo Costa, Carvalho, Bruno Alves, Fabio Coentrao; Pepe (Pedro Mendes, m.72), Tiago, Raúl Meireles; Simao (Liedson, m.72), Cristiano Ronaldo y Hugo Almeida (Danny, m.58).

Goles: 1-0, m.63: Villa.

Árbitro: Héctor Baldassi (ARG). Expulsó por roja directa a Ricardo Costa en el minuto 89 por un codazo a Capdevila. Amonestó a Xabi Alonso (74) por España, y a Tiago (80) por Portugal.

Incidencias: encuentro de octavos de final del Mundial de Sudáfrica 2010, disputado en el Green Point Stadium de Ciudad del Cabo, ante la presencia de 62.955 espectadores.

Tras el gol de Villa, Portugal se diluyó por completo

Los jugadores portugueses reclamaron fuera de juego, y lo cierto es que Xavi toca el cuero antes de que le llegue a Villa, y sí parece que puede haber posición antirreglamentaria después de que el árbitro argentino hubiera perjudicado al equipo español. Sea como fuere, lo cierto es que los hombres de Queiroz terminaron de diluirse. Seguían bien colocados en defensa, pero ya en ataque no se prodigaban como en la primera mitad, con lo que el esférico estaba cada vez más tiempo en las botas de las españoles. Y España con el balón en las botas y el marcador a favor es capaz de marear hasta la saciedad al rival. Como así sucedió esta noche en Ciudad del Cabo, porque lejos de morir matando, Portugal pudo irse de Sudáfrica con algún otro gol en el saco. Y es que Llorente tuvo en su testa el segundo tanto, sin embargo se marchó por muy poco el remate del ‘león’. Hubo tiempo para que Capdevila metiera la pierna milagrosamente en un disparo franco de Portugal desde la frontal, y a que Ricardo Costa se autoexpulsara por un codazo que propinó al propio Capdevila que tampoco pareció tal. Sin embargo, no para más goles afortunadamente para España. El marcador no se movió, y fue suficiente el tanto de un Villa que hoy fue más maravilla que nunca y que metió a La Roja en cuartos de final del Mundial de Sudáfrica. Paraguay nos espera, y las semifinales parecen ahora más cerca que nunca. Es el momento de quitarse la espina de Corea del Sur.