Se siente ninguneado por Rosell

Guardiola extraña a Laporta





Un verano más, y Guardiola ve como sus peticiones a la hora de reforzar la plantilla caen en saco roto. Sólo Villa y Adriano parecen que vayan a ser los refuerzos culés de cara a la próxima campaña, mientras que se han quedado en el camino nombres como los de Cesc, Mata, Robinho o Mascherano, que han venido sonando como refuerzos blaugrana en las últimas semanas.

Pero lo que tiene realmente mosqueado a Guardiola es la poca consideración que le tiene Rosell a la hora de tratar los fichajes. El nuevo presidente tiene la fea costumbre de dejar apalabrados los fichajes sin consultar antes la opinión de su entrenador. Así ocurrió con Ozil, un fichaje que quedó cerrado en 12 millones de euros pero que no fue aprobado por el técnico al no considerarle necesario para su sistema de juego.

Tampoco gusta mucho en el seno culé las filtraciones a la prensa sobre el transcurso de las negociaciones con otros clubes. Es una actitud que no se corresponde a un club de la grandeza del Barcelona, y por ello se han ido al traste algunos fichajes como el de Robinho.