El hijo del mítico portero del Barcelona es uno de los jugadores que menos cobra de la plantilla catalana y eso es algo que ni Sergio ni su entorno quieren permitir. Logró desbancar a Touré del equipo inicial e, incluso, éste tuvo que marcharse del Campo Nuevo para jugar. De ahí que la familia Busquets entienda que el Barcelona no puede jugar con el pan de su hijo y quieren obligar a Rosell a firmarle la ampliación de su contrato unida, lógicamente, a una importante subida salarial.
Sin embargo, el nuevo presidente del Barcelona parece que se hace el loco. Laporta le prometió a Busquets una mejora contractual antes de abandonar el barco, sin embargo, Rosell está pasando de todos los acuerdos y promesas que Laporta hizo antes de marcharse, el último el de la modificación de la estética del Campo Nuevo, de ahí que el canterano tenga la mosca detrás de la oreja. El objetivo de Busquets es equipararse salarialmente a lo que cobran sus compañeros del Barcelona que juegan en la selección como Víctor Valdés o Piqué. Ahora la pelota está en el tejado de Sandro Rosell ¿Aceptará el chantaje o aguantará el enfado de Sergio? El terremoto parece que va cogiendo forma.
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