Filipe Luis: sali del Madrid por mi culpa

Me precipité o, mejor dicho, no tuve paciencia.





Filipe Luis Kasmirski (Jaraguá do Sul, Brasil; 25 años), descendiente de polacos e italianos, recomienda Mulholland Drive, David Lynch y no perderse otras películas independientes, como las de Lars von Trier, sin perder la calma cuando le recuerdan la papeleta del Atlético, que llega al Camp Nou con cuatro derrotas consecutivas entre la Copa y la Liga. "Tengo muchas esperanzas puestas en este partido", dice sin que se le mueva el pelo. En el ensayo de ayer, Quique le probó de interior para frenar a Alves


Pregunta. Con la que les está cayendo, vaya momento para cruzarse en el camino del Barça.

Respuesta. Desde que empecé a ver fútbol, no había visto a un equipo como el Barça. Es un privilegio tremendo enfrentarnos a ellos y una motivación extra... El Atlético suele hacer ese tipo de hazañas: ganar los partidos más complicados que tiene.

P. Las casas de apuestas pagan la victoria del Atlético 20 a 1...

R. Otros nos han enseñado el camino. Ahí tiene al Hércules. Tenemos que forzarles a cometer errores presionando su salida de la pelota, saliendo a por ellos. Tenemos que creer que podemos llevarnos una alegría ante el mejor equipo del mundo. En serio, veo al grupo con mucha personalidad. Hay días que no sale nada. Nos ha pasado más de una, de dos y de tres veces en la temporada, eso es verdad, pero ya está bien. Estar en un equipo como el Atlético sin pelear por nada es algo que nadie quiere.

P. Estuvo muy cerca de ir al Barça, que casi dobla en puntos al Atlético. Da que pensar, ¿no?

R. Fue un momento muy duro, muy difícil en mi carrera, porque estuve a las puertas de irme y, al final, no salió... Si no pasó era por algo. Conseguí superar ese fichaje frustrado.

P. Su progresión se paró en seco el curso pasado por estas fechas al romperse el peroné y sufrir una luxación en el tobillo derecho en un choque con Iraizoz.

R. Acorté varios meses la lesión con trabajo y sudor y estoy al ciento por ciento. Sé que rendiré como esperan de mí, yo el primero. Cuando la cabeza es fuerte, el cuerpo va detrás. Pero esto no es llegar y... hala, como si no hubiera pasado nada. Hay un proceso para superar una lesión grave.

P. Por qué Messi es el futbolista más complicado?

R. Complicado no es. Es un falso nueve, pero tiene una cosa que poca gente tiene: solo piensa en meter goles. Cada vez que coge el balón ya tiene el gol en la cabeza. Con la calidad que tiene, con la calidad, la agilidad, con todo, al final los hace, claro. Guardiola le hizo mucho mejor de lo que era.

P. ¿Por qué se metió a futbolista, tanto como le gusta el cine?

R. Mi padre me animó a seguir sus pasos, pero con una condición: que no fuera portero como él. Fue el que más me animó a irme de casa desde muy joven. Me dijo: 'Vete, es tu oportunidad y después me lo agradecerás'. Y así, con 14 años, me fui al Figuerense. Debuté muy pronto en el primer equipo, con 17 años. Jugué dos temporadas en Primera antes de ir al Madrid... Todo fue muy rápido. Podía haberme perdido por el camino.

P. ¿Por qué no lo hizo?

R. Tuve mis épocas..., en las que no me cuidaba, que no era ordenado, que no me entrenaba bien, que no me esforzaba... Jugaba bien un partido y cuatro no. No era regular. Desde que empecé a centrarme, ya en el Deportivo, las cosas empezaron a salirme mejor. Presté atención a la alimentación, a dormir pronto, a estudiar bastante los partidos... Me considero tan ordenado que no parezco brasileño.

P. Dice que se centró en el Deportivo, pero antes pasó por Valdebebas.

R. No seguí por mi culpa. No quise renovar porque no tuve paciencia. No podía estar más en el filial. Pensaba que había jugado el campeonato brasileño. Me precipité o, mejor dicho, no tuve paciencia. Y me salió el Deportivo, en el que Lotina me fue moldeando en mis tres años en A Coruña. También entiendo que el Madrid tiene paciencia con quien la tiene que tener. Es complicado poner a un chaval y dejarle un tiempo.

P. Guardiola lo hace.

R. Xavi, Iniesta, Messi... Todos transmiten energía muy positiva. No crean antipatía hacia nadie porque son muy humildes. No hacen declaraciones polémicas y eso se nota en el terreno de juego. Pero son humanos y también pueden cometer errores. En algún momento pueden dudar, ¿no?