Messi: el demonio con cara de ángel

El País revela algunos aspectos de la complicada personalidad del argentino





1. Un jugador en cuyo vocabulario no viene la palabra perdón

 

"La Pulga se enfurruña muy de vez en cuando y se porta como un niño. Los suyos han sido hasta ahora arrebatos infantiles y, como tales, tampoco merecen respuestas propias para los futbolistas convencionales. No se le ocurrió pedir perdón por el balonazo de Chamartín en el partido de Liga porque ni siquiera se disculpa cuando se equivoca en el Barcelona. Messi no hablaba en el recreo ni ahora habla en el campo y, sin embargo, siempre hubo cola para poder jugar en su equipo".

 

2. Falta a los entrenamientos sin avisar


 

"El año pasado no se presentó al entrenamiento después del partido contra el Sevilla. El entrenador le había dejado en el banquillo para que descansara y el equipo dio buena cuenta del rival en el Camp Nou: 4-0. Nadie reparó en el mosqueo de Messi. Pensaban en el club que se había resfriado o que le había ocurrido un imprevisto cuando al día siguiente no pasó por el estadio. Ocurrió que se había molestado por su suplencia y hubo que aguardar a la mañana siguiente para saber que el cabreo se le fue de la misma manera que le vino, sin saber por qué, como ocurre casi siempre".

 

3. El 'niño mimado' del vestuario

 

"Un día compareció en el campo con la cucharilla de plástico del café en la boca y no la soltó hasta que se acabó el rondo. Aquel gesto fue interpretado como una señal de que Messi estaba contrariado, porque alguien no le había pasado el balón o quién sabe por qué demonios. Nadie intervino, sin embargo, para saber el motivo. Mejor así. A veces pasan días hasta que se conoce la causa del mosqueo y, por norma, es a través de uno de sus compañeros más íntimos, como Milito".

 

4. A Villa ya le avisaron: "ni se te ocurra competir con Messi"

 

"A Villa, por ejemplo, le advirtieron nada más llegar al Barcelona que se olvidara de competir a goles con La Pulga y a Thiago le tienen dicho que por más artista que se sienta, mejor que le pase al balón a Leo y aguardar a que se lo devuelva, como signo de que ha sido admitido".

 

Y llegados a este punto, que levante la mano el que diga que Messi es un jugador ejemplar...