RFEF, un sinfín de favores a los culés

El 'Caso Piqué' ha sido la gota que colma el vaso


Plantón al Atlético en la Copa del 99




Lo ocurrido con Gerard Piqué sólo es la punta de un iceberg que ha ido creciendo y creciendo año tras año hasta llegar al límite de la desfachatez. La RFEF ya no se corta un pelo a la hora de aplicar sus sanciones a la carta, de cambiar esta o aquella norma del reglamento cuando es necesario para favorecer a los azulgrana. Los castigos evitados por el Barcelona en los últimos años forman ya una larga lista que debe recordarse con el fin de abrir los ojos a aquellos que todavía tengan alguna duda de la corruptela existente en la cúpula de la RFEF.

¿Quién ha olvidado el mechero que impactó en la cabeza de Roberto Carlos durante la Supercopa de 1997? ¿Cómo olvidar lo ocurrido durante el primer y único regreso de Figo al Camp Nou con la camiseta del Real Madrid? ¿Cómo se puede consentir que se le levante el castigo a un equipo que se niega a jugar una competición? Estos son los favores más recordados de la RFEF, pero no han sido los únicos. También está el cambio de fechas y horarios a la carta, la desconvocatoria de internacionales por falsas lesiones o lo ocurrido la temporada pasada en Pamplona, cuando se permitió que el partido ante Osasuna comenzara casi una hora más tarde por el retraso de los culés, cuando el reglamento estipula que pasada media hora el equipo que no está en el campo pierde por incomparecencia.

Son muchos favores y sin ningún tipo de disimulo los que se han sucedido temporada tras temporada, tanto arbitrales como federativos. Por eso indigna aún más que Piqué juegue en el Bernabéu. No se trata de que juegue o no juegue, de que el Barcelona sea más o menos fuerte con o sin él, sino de que el reglamento está para cumplirlo. Y parece que con el FC Barcelona es imposible. Existe un reglamento para todos y uno distinto para el Barcelona, mucho más permisivo y favorable. Es una vergüenza, pero por desgracia el fútbol español está montado así y ésta no será la última vez que haya que levantar la voz para denunciarlo.