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La cosa no pinta bien, no. Tras las declaraciones de Godall y Laporta sobre el trato con la Federación y los continuos lloros azulgranas todo parece haberse puesto de parte del FC Barcelona. Ya son varias las decisiones tomadas por diferentes organismos que han beneficiado a los culés, como la decisión de jugar la final de Copa en el Calderón o la de no sancionar a Piqué. Amén del penoso arbitraje de Ayza Gámez en el Madrid-Málaga. Todos estos episodios suponen una ayudita para un Barcelona que lo estaba pasando francamente mal.
Sin embargo, parece que la cosa no ha quedado ahí. Y es que la LFP ha colocado el partido entre el Barcelona y el Athletic de la jornada 31 a las 22:00 horas del sábado 31 de marzo, sin tener en cuenta que el jueves anterior los vascos visitarán al Schalke en Alemania. Una decisión que levanta mucha polémica, ya que el Barcelona disputa su encuentro en Milán el martes anterior y posteriormente recibirá a los italianos en miércoles.
El Athletic no dispondrá ni siquiera de 48 horas de descanso antes del encuentro a pesar de que había pedido que éste se jugara a las 12:00 del domingo 1 de abril, lo lógico en esta situación. Pero ya se sabe, Rosell no quiere jugar en ese horario y ya lo dejó claro. Y la LFP, la RFEF y quien haga falta, a tragar, aunque se trate de una irregularidad manifiesta. Todo por echar una mano al Barcelona en una remontada que el Real Madrid va a poner todo su empeño en impedir.
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