Sergio Busquets, el nuevo chulito de la Masía

El canterano, de momento, sólo ofrece poses de cara a la galería: ya se cree un dios







Que vaya por delante que de la cantera del Barcelona han salido grandes jugadores, de eso no cabe duda. Eso sí, el talante altivo y chulesco de muchos de ellos es igualmente innegable. Pues bien, el último producto que recoge todos los defectos del molde culé es Sergio Busquets, hijo de aquel portero de medio pelo, famoso por sus peleas nocturnas, de la década de los noventa, llamado Carles.

Dos partidos con la primera plantilla del Barcelona han sido suficientes para calar a este joven canterano que hasta el momento absolutamente nada ha demostrado. En choque ante el Sporting de Gijón fue muestra de todas sus habilidades, las futbolísticas y las que no los son: tocó no más de 50 balones (una cifra pobre para un medio centro de un equipo que domina los choques, y que ganó dicho partido por seis goles), la mayoría de ellos hacia atrás, y empujó al zaguero Jorge para que éste marcara un gol en propia meta.

En cuanto a lo extrafutbolístico, la lista es mucho más nutrida y lamentable: recibió dos faltas de lo más normales en la medular y se tiró las manos a la cara en una actuación digna del Premio de la Academia de Hollywood pidiendo la expulsión de ambos contrarios. Minutos después realizó una entrada criminal sobre el delantero del Sporting Mate Bilic, que tuvo que abandonar el terreno de juego dolorido, y que le ha dejado seriamente dañado para enfrentarse al Madrid: cuatro tacos clavados en su espinilla atestiguan la animalada del canterano culé.

La actitud de Busquets durante todo el encuentro pecó de falta de humildad y saber estar sobre el terreno de juego en el que era su segundo partido oficial como culé. De hecho, la prensa de Gijón, un territorio que históricamente ha simpatizado por los azulgrana, se ha apresurado en señalar la dura y vergonzante actuación de Busquets en el partido ante los gijoneses. Otro azulgrana de pro ha nacido...