Los supositorios culés de la semana

DC te trae las barbaridades que se dicen del Real Madrid en medios catalanes


El Infiltrado de Defensa Central

El Infiltrado de Defensa Central




1. Audacia e imaginación, buenas armas para delinquir.

Rosell fue audaz e imaginativo en el momento de fichar a la perla del fútbol mundial. Pero cometió el pecado de quitárselo al Real Madrid y a su presidente y director deportivo Florentino Pérez, ese hombre que el 14 de agosto pasado almorzó con el mismísimo Mariano Rajoy en el restaurante Badulaque, de Cedeira, en las rías altas gallegas. Por cierto, ¿cuántos presidentes del fútbol español han tenido tamaño privilegio? Todavía hay clases, desde luego. Y se nota. A partir de que Neymar se enfundara la camiseta blaugrana, Rosell y el Barça sufrieron el acoso implacable por parte de los poderes del Estado.

Respuesta del Infiltrado: A pesar de que el fichaje de Neymar metió al Barcelona en una serie de problemas legales que todavía no han llegado a su final, en Can Barça todavía tienen las narices de alabar la gestión de Sandro Rosell en este fichaje. Todo vale para que Neymar esté en el Camp Nou y no en el Real Madrid. Ahora que el brasileño está al alza, más todavía. Eso sí, que Florentino Pérez no vaya a almorzar con quien le apetezca, que puede conspirar contra el Barcelona y favorecer que la justicia haga su trabajo. ¡Eso no se puede consentir! ¡El Barcelona puede actuar fuera de la ley y no se debe poner ni un 'pero'! Lo raro es que el párrafo anterior no incluya también a Franco...


2. Benzema, descartado por conflictivo. ¿Y Messi, Neymar o Mascherano?


Benzema se ha metido en un buen lío. Sufre una depresión que preocupa al Madrid ya que se ha quedado fuera de la selección francesa. Su abogado dice que es un hombre arrastrado por el fango. Es un caso muy feo que le puede costar un duro castigo en los tribunales. Viene a cuento recordar que cuando Txiki Begiristain lo descartó para fichar por el Barça, no lo hizo por sus cualidades futbolísticas, sino porque consideró que era un jugador conflictivo por no tener la cabeza bien amueblada.

Respuesta del Infiltrado: Que en Barcelona se atrevan a hablar de líos en los tribunales tiene su miga. Después de que Messi y Mascherano reconocieran haber defraudado a Hacienda o después de que el fichaje de Neymar todavía siga siendo investigado por múltiples denuncias (incluidas las que llegan desde Brasil), en Barcelona hablan ahora de que Karim Benzema está metido en un buen lío. Primero la justicia francesa tendrá que determinar si es inocente o culpable de los cargos que se le imputan, para empezar, pero lo mejor de todo es ver cómo ahora en Barcelona afirman que el Barcelona no fichó al francés por conflictivo. Para partirse.


3. Las opiniones sólo valen si son culés.

Otro madridista que habla más fuera que dentro del campo es Cristiano Ronaldo. En un momento en que su estrella en el Bernabéu se apaga, sorprende y desconcierta que todo un presidente del Gobierno apueste por el portugués como Balón de Oro. Con la que está cayendo a nivel político, Rajoy se mete en camisa de once varas y muestra un criterio futbolístico desfasado. Está bien que sea madridista, pero no por ello está obligado a colocar a Cristiano por encima de los méritos de Messi.

Respuesta del Infiltrado: Si Rajoy hubiera dicho que Messi merece el Balón de Oro, probablemente en la prensa catalana no se habría puesto el grito en el cielo mezclando la política con una entrevista con tono deportivo. Pero como dijo Cristiano, hay que señalar al Presidente del Gobierno por opinar de temas que no le incumben. Más allá de cómo esté o deje de estar el asunto político, cuánta hipocresía...


Cristiano Ronaldo y Marcelo

4. Nostradamus, en la caverna culé.

El presidente blanco sabe que Cristiano ha iniciado su decadencia futbolística. Podrá seguir marcando muchos goles (bastantes menos), pero ya no es el jugador que gana títulos. Aunque también es verdad que en el Madrid ha ganado pocos. Florentino, que ha tenido sus más y sus menos con el portugués (solo cabe recordar ese esperpéntico encuentro en el túnel del vestuario del Bernabéu de hace dos semanas), busca rejuvenecer su ‘armario’ de galácticos. Cristiano ya está amortizado. Y, ante la imposibilidad de fichar a los números 1 y 2 del mundo (Messi y Neymar), se decanta por Lewandowski, Hazard y De Gea.

Respuesta del Infiltrado: Cristiano Ronaldo, vigente Balón de Oro, ha pasado repentinamente de ser el mejor del mundo a estar por detrás de Messi y Neymar, según los Nostradamus culés los números 1 y 2 del planeta. Hay que tener mucha cara. Todas las opiniones son respetables, pero veremos qué pasa en la gala del Balón de Oro el próximo mes de enero, y veremos qué pasa a lo largo de la temporada. Quizá alguno tenga que tragarse sus palabras viendo a Cristiano recuperando el nivel que ha demostrado siempre. Lo están matando antes de tiempo y el 21-N tiene la oportunidad de resurgir de sus cenizas y dejar en ridículo a los de siempre...


5. Maniobras de distracción madridistas.

La idea de una pañolada en el Bernabéu el día del Clásico debe atormentar a Florentino, de lo contrario no se entiende que sus coros y danzas mediáticos estiren todavía el desgastado chicle del halloween blaugrana de Getafe. Cuando estamos más próximos a Santa Claus, el halloween de Getafe huele a maniobra de distracción para ocultar, por ejemplo, que Benzema está muy, pero que muy enfangado en el ‘caso Valbuena’ o que, al final, los jugadores del Madrid han ido desapareciendo de la selección de Del Bosque hasta quedar solo el suplente Nacho.
 

Respuesta del Infiltrado: La manía persecutoria que tienen en Barcelona es tal que hasta en los errores de su equipo ven la mano del Real Madrid. En Can Barça son incapaces de reconocer que los jugadores culés se equivocaron liándola en Getafe con motivo de Halloween. ¿Tanto les cuesta admitir un error? En lugar de eso, prefieren meter por medio al Madrid y acusarle de provocar el revuelo por este asunto, cuando la realidad es que todo el revuelo se lo ha dado Gerard Piqué por contestar en repetidas ocasiones a las críticas fundadas. Cero autocrítica. Qué pena.