La ausencia de jugadores importantes de la selección con respecto al Mundial de 2014 como David Villa, Xabi Alonso o Xavi Hernández obligan a en cierto modo al camero a dar un paso al frente en cuanto a liderazgo se refiere. No es algo nuevo para él. Ha asumido a la perfección el papel de capitán en el Real Madrid tras la marcha de Iker Casillas al Oporto y ahora en la selección, en su primera cita importante como segundo capitán del combinado nacional, debe asumir ciertas responsabilidades que lo conviertan en un auténtico líder para sus compañeros.
España necesita una figura de esas características. Un referente capaz de levantar el ánimo de sus compañeros en los momentos más complicados y poner la calma en los de euforia. Un ejemplo que deja a las claras ese nuevo papel de Sergio Ramos en la selección se produjo 24 horas después de la debacle contra Georgia. Él fue el jugador que atendió a los medios y el que dio la cara por sus compañeros.
Pidió paciencia y tranquilidad a los aficionados y a todos los medios de comunicación que siguen a diario la información de la selección española. Además, poco a poco se va ganando también al resto de sus compañeros. No es fácil en un vestuario en el que hay jugadores de 14 equipos, pero si alguien es capaz de hacerlo es el capitán del Real Madrid.
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