El Milán arrrebata el liderato al Nápoles

Los sureños quedaron muy 'mermados' tras la expulsión de Maggio y las lesión de Santacroce y Hamsik. Ronaldinho botó la falta clave justo cuando Kaká acababa de errar un penalti.





Un autogol de Denis (m.86), justo un minuto después de que su portero detuviese una pena máxima al brasileño Kaká, dio el triunfo casero al Milán sobre el Nápoles (1-0), y con ello el liderato por vez primera en la temporada al conjunto milanés, al término de la décima jornada liguera italiana.

El partido, que para quien se llevase el triunfo suponía el liderato en solitario, resultó emocionante pero no tuvo un gran juego; tan sólo lo aguantó, y levantó, la incertidumbre del marcador.

Y eso que el Nápoles jugó desde el minuto 44 en diez, tras la segunda tarjeta mostrada a su defensa Maggio. Pero es que el Milán, pese a salir de inicio con sus estrellas brasileñas Kaká y Ronaldinho, no estuvo creativo y se vio maniatado por un rival que jugó con seriedad y no le concedió espacios libres.

Eso sí, las mejores ocasiones de gol las tuvo el Milán; la primera, en el minuto 21, en un remate de cabeza de Ambosini que obligó a Blasi a despejar desde la misma línea de gol. Cuatro minutos después, el argentino napolitano Lavezzi obligó al meta Abbiati a una buena intervención.

Sufrimiento napolitano, empuje rossoneri

En la segunda mitad, en diez y sin Hamsik, que tuvo que ser cambiado en el descanso tras lesionarse al final del primer periodo, el Milán arreció sobre el área napolitana; pero lo hacía de forma poco fluida y sin grandes ideas. Pudo, no obstante, anotar el conjunto milanés con Borriello, pero lo evitó el meta Iezzo (m.63); o diez minutos después, cuando Kaká envió al palo.

Kaká e Iezzo se encontrarían en el minuto 84, cuando el árbitro sancionó con penalti una mano de Pazienza dentro del área: el penalti lo lanzó el brasileño, pero lo desvió el meta napolitano.

Pero, un minuto después, la fortuna se alió con el Milán, en un saque de falta a cargo de Ronaldinho, que Denis, en el intento de despejar, introdujo el balón en propia meta. Era el 1-0 y, prácticamente, el final de un partido que hace líder a un conjunto milanista que curiosamente había iniciado el campeonato defraudando.