El jugador uruguayo se ha empapado totalmente de los 'valors' como quedó demostrado el pasado miércoles. No le importó fingir, engañar al árbitro, meterse con los contrarios y utilizar todo tipo de triquiñuelas para ganar el partido.
Siempre ha sido un jugador muy sucio, capaz de morder a los rivales si hace falta para sacar ventaja. Es un futbolista que vive pegado a la tarjeta roja de forma permanente, eso sí, curiosamente luego los árbitros se acobardan y le perdonan absolutamente todo lo que hace sobre el terreno de juego. El engaño para que le pitaran penalti en la jugada que dio origen al 5-1 ante el PSG fue digno de las mejores películas de Hollywood.
Hay una frase que se dice mucho en el mundo del fútbol y es aquella de “se juega como se entrena”. En el caso del Barcelona hay pruebas evidentes de que en los entrenamientos también hay ‘piscinazos’ descarados que luego se trasladan a los partidos. En el siguiente vídeo se puede comprobar a la perfección ¡Lo del PSG estaba entrenado y el árbitro dio su aprobación! ¡Qué asco!
Se juega como se entrena pic.twitter.com/zfczCp6pbe
— Andres Martinez (@LosSublimes) 10 de marzo de 2017
DEJA TU COMENTARIO