Si este miércoles se conocía que los Comités habían sancionado a Piqué con una multa de 3.000 euros por sus alusiones a las actuaciones de los colegiados, ahora ha sido su compañero de jaleos arbitrales, Suárez, el que ha recibido una multa por su rajada contra el árbitro Gil Manzano tras el Barcelona-Atlético de Madrid de Copa del Rey.
El delantero culé fue expulsado en ese partido y, a la conclusión del mismo, criticó la actuación arbitral. Sí, el mismo señor que fingió de forma vergonzosa un penalti el día de la ‘robomontada’ ante el PSG. El mismo que se pasa todos los partidos a piscinazo limpio en las áreas de los rivales para tratar de engañar a los colegiados buscando penaltis inventados.
“Me río de la segunda tarjeta amarilla, ni siquiera era falta. Parece que era lo que quería”, aseguró Suárez sobre el árbitro. Unas palabras que, según ‘iusport’, le han costado una multa de 1.500 euros.
Se trata de una cantidad demasiado ‘simbólica’ para gente que cobra cifras superiores a los 10 millones de euros por temporada. Sin embargo, este tipo de sanciones deberían aumentar su cuantía en base a los comportamientos de los jugadores. Si Suárez sigue fingiendo penaltis, sigue protestando a los árbitros sin la más mínima educación y continúa fuera del campo utilizando los micrófonos para criticar y menospreciar colegiados, la multa no debería ser de 1.500 euros sino bastante más severa ¡Seguro que un buen ‘mordisco’ a la cartera le hace comportarse de una manera más deportiva!
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