Que fácil y sencillo resulta atizar a los cracks del fútbol. El último ejemplo ha tenido lugar durante la celebración del Corea del Sur-Colombia que acabó con victoria del combinado asiático por 2-1 y donde James Rodríguez fue el que se llevó todas las críticas y no por el juego.
Todo viene a relación de una jugada en la que hace una entrada a destiempo a un rival, que el árbitro castiga como falta. En un gesto de deportividad, el capitán colombiano le ayuda a levantarse y este suelta el brazo de forma deliberada haciendo que James caiga al suelo llevándose las manos a la cara. La jugada tuvo una gran controversia y al actual jugador del Bayern le empezaron a llover las críticas acusándole de simular y hacer teatro. Una jugada que acabó con el árbitro poniendo paz entre ambos, pero el daño ya estaba hecho para el ex del Real Madrid.
Las cámaras demostraron más tarde que James no recibió golpe alguno en la cara, aunque lo que a algunos parece que no les importa mencionar es el hecho de que un rival, en este caso el jugador coreano, suelte el brazo una vez que James le ayudó a incorporarse. Evidentemente vende más decir que James es un jugador teatrero que un jugador violento que en esta ocasión, afortunadamente, no acertó el objetivo que era la cara de James.
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