Después de lo sucedido en el campo de Eibar este sábado si alguien coge los números arbitrales de los culés lo más lógico sería salir corriendo del miedo. Agarrar la cartera y alejarse lo máximo posible de un equipo y de unos árbitros que siempre reman en la misma dirección. No importa si el rival es el Eibar, el Real Madrid, el Escalerillas o el Móstoles. Cualquiera que pase por las manos del Barcelona será masacrado arbitralmente. Así funciona esto.
La mejor muestra de la vergonzosa campaña arbitral pro-culé que tenemos en la Liga es saber que de las últimas 23 expulsiones que se han producido en partidos del Barcelona, 22 de ellas han sido para los rivales culés, mientras que sólo una fue para el equipo catalán ¡22-1 en tarjetas rojas! Alucinante.
Si nos vamos a los penaltis señalados en la Liga en los partidos del Barcelona continuaremos con la alucinación. Y es que en los últimos 35 penaltis señalados en encuentros ligueros de los catalanes sólo 1 fue en contra de los culés, los 34 restantes fueron a su favor ¿Simple casualidad? ¡NO!
Con todas estas cifras encima de la mesa sólo se puede pensar que el Real Madrid ha logrado milagros como el del año pasado, ganando una Liga ante el maltrato arbitral que sufren los blancos y el paraíso de silbato que viven los culés cada vez que juegan en la competición nacional ¿Para cuándo una queja formal, Real Madrid? ¿Vamos a seguir admitiendo este tipo de arbitrajes en la competición? ¡Hay que empezar a moverse de una vez!
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