El caso es que la culerada se las prometía muy felices presumiendo de hacer una Liga perfecta, sin perder ningún partido. De hecho, su ridículo encuentro ante el Real Madrid sólo tenía ese objetivo, evitar la derrota ante los de Zidane para no perder ningún choque en el campeonato. Lo lograron gracias a Hernández Hernández, el árbitro, que fue el mejor culé ante los blancos.
Sin embargo, el karma le tenía preparado a los culés el mayor bofetón de la temporada en el campo del Levante. Esta vez no hubo árbitro que levantara el bochornoso partido de los culés, que fueron derrotados por los levantinos, demostrando que sin la carta en la manga del colegiado, sus limitaciones salen a la luz.
Al final, el Barcelona no podrá presumir de haber terminado la Liga sin derrotas, un disgusto para sus chulos y provocativos medios afines, que ya se habían encargado de vender la piel del oso antes de cazarlo. Esperemos que este sólo sea el primero de los ‘zascas’ que les caigan en las próximas semanas ¡Al carreeeer!
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