Gimnástic y Zaragoza se repartieron los puntos (0-0) en un partido en el que los aragoneses pusieron el fútbol y las ocasiones de gol ante un equipo, el de Ferrando, que se limitó a defenderse de la embestida aragonesa.
El portero local Rubén Pérez se erigió como máximo protagonista del partido, al salvar hasta cinco ocasiones claras de los hombres de Marcelino.
El partido se inició sin un claro denominador, sin fútbol y sin llegadas. Como mucho un par de aproximaciones del conjunto local, pero siempre sin peligro para la portería de López Vallejo. El juego estaba marcado por las imprecisiones en el pase y por el pelotazo, eso sí, con mucha intensidad por parte de ambos conjuntos pero sin fútbol.
El primer disparo, aunque no entre palos, llegó casi a los veinte minutos de juego, con una jugada personal de Oliveira que controló en la frontal del área y lanzó un zurdazo que se fue desviado a la derecha de Rubén. El Nàstic lo intentó acto seguido por medio de Diop, que lanzó una vaselina desde lejos que se fue por encima de la portería.
La ocasión más clara de la primera media hora fue para el Zaragoza. Ewerthon recogió el balón en la izquierda e hizo una jugada personal para plantarse en la frontal. Su pase fue desviado por un defensa y así llegó claro a Arizmendi, que remató de cabeza para que Rubén se luciera, desviando a córner.
Oliveira lo volvió a intentar para los aragoneses a los treinta y seis minutos, con una nueva jugada personal desde la derecha para plantarse en la frontal y disparar raso a las manos del portero. En la siguiente, Ewerthon le pegó desde la frontal tras una buena jugada entre Oliveira e Hidalgo que salió rozando el palo. El Zaragoza con poca cosa estaba llevando peligro a la portería contraria ante un Nàstic que mostraba su peor imagen.
Sin embargo, el gol casi llega del lado local, tras un lanzamiento de esquina que Hidalgo sacó sobre la línea de gol. Pese a la ocasión el Nàstic se mostraba muy espeso y sin ideas. De hecho una imprecisión saliendo a la contra sirvió para que Chus Herrero robara el esférico y lanzara desde lejos sin demasiada puntería. El Zaragoza, pese a no jugar demasiado bien, tenía las ideas más claras y también las ocasiones.
En la reanudación el Zaragoza, sin jugar bien, salió decidido a sentenciar el partido a su favor, y fue quien llevó el peso del encuentro. El Nàstic se defendía bien e intentaba salir con velocidad a la contra. La ocasión más clara llegó pasado el cuarto de hora. Arizmendi se fue por velocidad desde la derecha y se plantó ante Rubén. Su disparo raso salió rozando el palo.
Jorge López lo volvió a tener en su mano tras un remate de cabeza en el segundo palo tras centro desde la izquierda que Rubén sacó de milagro. El Zaragoza apretaba Caffa, desde lejos, volvió a poner a prueba al portero.
El partido se fue convirtiendo poco a poco en un asedio visitante y parecía que el gol del Zaragoza era cuestión de tiempo. El propio Caffa pudo abrir la lata tras una gran combinación con Ewerthon, pero Rubén volvió a ser salvador. De hecho volvió a parar otra clara a Oliveira a los treinta minutos, convirtiéndose en el protagonista del partido.
La única del Nàstic llegó en la recta final del partido, tras una jugada de N'Gal que centró para que disparara Gibanel junto al palo. El juego se fue diluyendo hasta el final del encuentro.
La ficha del partido
0. Gimnástic: Rubén, Campano, Mairata, Tortolero, Mingo; Redondo, Bauzá, Gibanel, Diop (Jandro, m.72), Antonio López (Alba, m.59) y Moisés (N'Gal, m.79)
0. Zaragoza: López Vallejo; Chus Herrero (Pignol, m.79), Ayala, Pulido, Paredes; Arizmendi (Caffa, m. 63), Hidalgo (Gabi, m.79), Zapater, Jorge López; Ewerthon y Oliveira.
Árbitro: Armando Raúl Afonso Suárez, del colegio canario. Mostró cartulinas amarillas a Oliveira, Hidalgo, Diop, Mingo y Jorge López.
Incidencias: Partido correspondiente a la duodécima jornada de la Liga Adelante disputado en el Nou Estadi de Tarragona ante unos 8.000 espectadores
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