El primer tiempo del Malta-España fue para echarse a dormir. Un partido de ritmo cansino, difícil de explicar. Luis Enrique introdujo 8 cambios a lo visto en Mestalla y tanta rotación le pasó factura a la selección española en el Ta’Qali National Stadium. Jugaron dos madridistas, Asensio y Sergio Ramos de inicio. Poquito que comentar sobre los primeros 45’ de ambos.
España encontró el gol en el minuto 30 tras una cantada terrible de Bonello. Haciendo honor a los 12 goles que encajó su padre en el histórico 21 de diciembre de 1983, el hijo del portero de Malta, por aquel entonces, cantó. Fue tras un soberbio pase interior de Mario Hermoso (mucha atención a un central que el Madrid podría fichar por solo 7’5 millones de euros) Morata la amortiguó bien y marcó el primer gol de la noche en Malta. Lo más destacable del partido, si no se hubiese encontrado el gol, eran los constantes pitidos que recibía Sergio Ramos al tocar la pelota (como si Salah o Karius hubiesen tenido la nacionalidad maltesa). Al descanso se fue sin tiempo extra ya que se jugaron los 45 minutos de partido íntegramente. Muy cansino.
El segundo tiempo fue un calco al primero. España arrastrando un ritmo lento, como si quisiese imitar la canción de Luis Fonsi con su ‘despacito’, siguió masticando la pelota. Malta como si tuviese que defender una ventaja de 11 goles seguía encerrada y vivía cómoda con el 0-1. Así se mantuvo hasta la irrupción de Jesús Navas. El de Los Palacios se la puso en la cabecita a Morata, en un centro con guante, y eso valió para conseguir el 0-2 y tirar de resultadismo. Muy poquito de España que se quedó sin recursos y sin fútbol, pero con los 6 puntos en el bolsillo. Un parón insufrible en lo que lo mejor fue la doble victoria de la selección española.
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