La Real Sociedad empezó adelantándose en el marcador, de forma tempranera, tras hilvanar 3-4 jugadas de peligro sobre la meta de Ter Stegen e inquietando al alemán con Odegaard llevando la manija del juego en la labor ofensiva. Lo hizo con un gol de Oyarzabal, que ponía justicia en el marcador, desde los once metros. Un penalti sin discusión de Sergio Busquets, por agarrón, (y del que protestó el Barça sin razón) no lo fallaban los vascos.
Tras el gol pudo marcar el 2-0 el propio Odegaard, con un jugadón sobre la zaga culé, pero perdonó y el equipo de Valverde demostró que no le falta pegada. Si el Real Madrid tiene que tirar 30 veces para marcar, en algunos partidos, al Barça le basta un golpe de suerte con un disparo a portería y al fondo de la red. Fue de Antoine Griezmann, con una sutil picada, en un gol calcado al que le metió al Mallorca. Un gol que mandaba el partido al descanso con el 1-1, pese al vendaval realista que se vivió en el Reale Arena, por momentos.
En la segunda mitad, sin hacer prácticamente nada, el Barça se adelantó en el marcador con un gol de Luis Suárez y la Real, noqueada por los errores atrás, sufrió para evitar el 1-3 con un remate de Gerard Piqué. Los Txuri Urdin se activaron por un tremendo error de Ter Stegen e Isak se quedaba con el 2-2 final que campeó en el electrónico. Luego pidió penalti Piqué, pero el VAR hizo justicia y no revisó nada punible en esa acción. Poco se dirá, desde Barcelona, que el propio central culé también agarra a Diego Llorente en esa acción dentro del área. ¡¡Dos puntos menos!! El Madrid si hace lo suyo en Valencia llegará líder en solitario a la Ciudad Condal.
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