Y es que aunque ahora quiera mostrarse como un ejemplo, lo cierto es que aquel episodio cobarde en el que Busquets, con la mano tapándose una parte de la boca para que no se le viera lo que decía, le gritaba “mono, mono” a Marcelo es algo que no se puede ni pasar por alto ni olvidar.
En aquel partido entre Real Madrid y Barcelona vimos la peor cara de un deportista que, desde luego, no es un gran ejemplo para los niños y para la sociedad. Un insulto racista en la cara de un rival no puede ser admitido nunca, jamás. El hecho de ponerse la mano en la cara no fue más que la muestra definitiva de que el propio Busquets era consciente de su ‘fechoría’ (Zidane se ha llevado una gran sorpresa con el estado de Marcelo tras el parón)
De hecho, hasta en Real Madrid TV denunciaron aquel miserable ataque mostrando las imágenes con pelos y señales con un gráfico en el que, claramente, aseguraban que Busquets había dicho "mono, mono" a Marcelo.
Han pasado ya nueve años desde que sucedió aquel episodio y nunca se ha visto a un Busquets arrepentido o pidiendo perdón por aquello, al contrario. Al darse cuenta de que las cámaras le habían cazado el insulto se inventó una excusa tan rápida como mala con aquello del “mucho morro”. Eso sí que es tener ‘morro’ Busquets.
Este es el mensaje de Busquets en Instagram:
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