En Japón señalan a Andrés Iniesta de forma muy grave. Según la información publicada por la página de noticias japonesa Tweetsoku, el exjugador del Barça y del Vissel Kobe habría dejado una deuda de "150 millones de yenes". Esta supuesta deuda del futbolista, convertida a nuestra moneda, es de casi un millón de euros. Su salida de Japón habría dejado esta deuda pendiente y una demanda por parte de la empresa de publicidad que el jugador habría contratado para un proyecto profesional.
En Tweetsoku se puede leer que "en abril de este año, la compañía de gestión de la que Iniesta se desempeña como director presentó una misteriosa demanda en el Tribunal de Distrito de Osaka exigiendo que la compañía pague 4 millones de yenes en daños y perjuicios", una contrademanda a las protestas formales y la querella de la empresa de publicidad contratada por el exfutbolista del Barça y del Vissel Kobe para llevar a cabo estas diligencias profesionales.
Según los relatos de varios empleados y afectados por estas negociaciones, la empresa de Iniesta "tenía un contrato con la compañía de gestión que me demandó por el funcionamiento del club de fans de Iniesta y el canal oficial de YouTube, pero cuando abrí la tapa, ni siquiera hicieron lo que estaba escrito en el contrato, y ni siquiera pude contactar a Roku. No había forma de que pudiéramos operar en tal estado, y todo fue cancelado. Mientras estábamos ocupados disculpándonos con nuestros miembros y reembolsándolos, fuimos demandados".
Todavía habría más
La actitud del propio Andrés Iniesta también es cuestionada en Japón incluso por su club de fans, una de las entidades implicadas en el conflicto jurídico y legal que se ha convertido en lo más comentado en Japón. Las declaraciones de un trabajador de la empresa que administra este club de fans señala que el jugador "no ha cumplido los términos de su contrato y ni siquiera puede contactarnos", asegurando que "es arrogante" y se comportó como tal en varias ocasiones.
El portal web japónes que ha destapado la noticia, Tweetsoku, recoge ese episodio: "unas horas antes de la conferencia de prensa, Iniesta llegó a la compañía de publicidad en un Rolls-Royce Phantom y dijo con arrogancia: '¡Tengo hambre, prepara un sushi!'. Tenía la idea de que solo se permitiera a los ejecutivos en la sala de conferencias". De confirmarse esta noticia, el jugador tendría muchos problemas en el país asiático de donde salió con la simpatía del aficionado medio.
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