Un penalti no pitado, otro anulado por fuera de juego y una amarilla inventada, el saldo del Barça
Xavi quiso hablar de los árbitros y hablar de una "competición adulterada" y ya ha conseguido su objetivo. Martínez Munera ya les echa una mano contra el Alavés.
La prensa trató de vender una reacción culé con la victoria frente a Osasuna, pero lo cierto es que ganaron con mucho sufrimiento y con alguna ayuda arbitral para evitar el fracaso.
El anuncio de la marcha de Xavi no cambió nada. Quizás por eso, antes de medirse al Alavés, quiso cambiar de discurso y esta vez puso el foco en los arbitrajes, subiéndose al carro de Laporta.
"La competición está adulterada por completo, lo ve un ciego" dijo en la rueda de prensa previa el entrenador del Barça, y ante el equipo vitoriano ya ha logrado su objetivo, la ayuda de Martínez Munera.
El partido comenzó con un penalti de Cubarsí en el primer minuto de juego, que no fue pitado después de señalar un fuera de juego previo, que no se repitió por televisión ni tampoco se mostraron las líneas. Sospechoso.
Después fue una llave de judo de Araújo sobre Samu Omorodion, que no se señaló y le costó la amarilla al delantero por las protestas. Pero todo explotó cuando una mano de Cancelo, que cortó un centro dentro del área, no fue pitada. La ayuda de la Liga adulterada
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