Ronaldo lamenta el escándalo de las travestis

Dice que es completamente heterosexual y que no consume droga





El futbolista Ronaldo negó hoy que consuma drogas, aseguró que es "completamente heterosexual" y calificó como "estúpido" y "trágico" el escándalo que protagonizó la semana pasada con tres travestidos en una madrugada en la que, según admitió, buscaba los servicios de prostitutas.

El jugador del Milán italiano dijo al programa Fantástico, de la Rede Globo de televisión, que quería tener relaciones sexuales con tres prostitutas, pero "desistió" de la idea al descubrir que a quienes había contratado eran travestidos. El ex jugador del Real Madrid y el Barcelona se dijo "avergonzado" y haber sentido "una decepción increíble" por este "acto aislado", "estúpido", "trágico" que "dejará una mancha para siempre" en su vida personal.

Fue enfático al negar la acusación de uno de los travestidos según la cual, el máximo goleador en la historia de los Mundiales consume drogas. Según la versión que uno de los travestis dio a la policía y la prensa local, Ronaldo Luiz Nazario de Lima lo envió a una favela cercana a comprar cocaína y a su regreso, se negó a pagarle.

"Cuando descubrí que eran travestis, retiré el equipo del campo"

Ronaldo relató que tras una pelea con su novia, a la que dejó en casa el lunes pasado a las cuatro de la mañana, decidió buscar en la calle a tres prostitutas. Aseguró que estaba sobrio, aunque descubrió que eran hombres sólo cuando ya estaban en un motel. En ese momento intentó "concluir" la noche de sexo, pero "entonces comenzó la extorsión", según su relato. "No hubo relaciones (sexuales) porque, en el momento en el que lo descubrí, retiré el equipo del campo. Soy completamente heterosexual", zanjó el delantero.

El futbolista aseguró que, en ese momento, trató de "pagar lo combinado", precisó que "dos aceptaron. La tercera no quiso y pidió una cuantía absurda para que no saliera en la prensa". Según la versión que dio el jugador en una estación de Policía, la semana pasada, el travestido Andréia Albertino le pidió 50.000 reales (unos 30.000 dólares) a cambio de su silencio.

No obstante, el brasileño consideró que el suceso no va a interferir en su posición de embajador de Unicef, ni con las empresas con las que tengo contrato de publicidad.