Entonces, ese mismo verano Milito fichó por el Zaragoza, rayando a un gran nivel durante cuatro temporadas, lo que le valió para terminar en el segundo club más laureado de España: el Barcelona, que pagó 17 millones de euros por él en el verano de 2007. La afición culé se vanagloriaba en aquel momento de haber conseguido a uno de los mejores centrales de la Liga, que además había sido descartado por el eterno rival por una supuesta patología médica que nunca se llegó a manifestar.
Sin embargo, Gabi Milito apenas pudo jugar una temporada con la elástica blaugrana, ya que el 29 de abril del año pasado se lesionó de gravedad en la semifinal de Champions disputada en Old Trafford. El argentino se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, esa misma de la que los servicios médicos del Madrid desconfiaban, y tras la operación se estimó que estaría de baja entre seis y nueve meses.
Ya esta temporada, Milito reapareció por Can Barça a finales del mes de febrero pasado, cumpliendo con las previsiones. El zaguero seguía trabajando en el gimnasio, pero ya se le podía ver corriendo por el césped e incluso se había incorporado a los entrenamientos con el resto del grupo aun sin poder emplearse a fondo. Durante este parón por los compromisos internacionales y a punto de cumplirse los 12 meses desde su lesión, Milito debía aumentar la carga de trabajo para ver cómo respondía su rodilla, pero ésta ha vuelto a decir basta. Según el diario Sport, el argentino ha vuelto a notar molestias e incluso no se ha descartado que tenga que volver a pasar por el quirófano, con lo que después de casi un año en el dique seco, parece que la vuelta de Milito a los terrenos de juego vuelve a retrasarse.
DEJA TU COMENTARIO