Ustari vuelve a sentirse futbolista ocho meses después de lesionarse

GETAFE





Mucho ha tenido que esperar Ustari para volver a pisar el césped de un estadio. Un duro proceso de recuperación, culminado a caballo entre España y Argentina, no ha podido con la moral del ex internacional absoluto albiceleste.

Fue el pasado 16 de agosto cuando la rodilla de Ustari dijo basta. Su selección jugaba ante Holanda y en el minuto 25 de la segunda parte fue a buscar una pelota que no tenía peligro. En un momento, y con un movimiento seco, su rodilla izquierda se giró. De ese modo comenzó el calvario de un portero que no ha tenido suerte desde que abandonó Independiente hace dos veranos.

El diagnóstico de los médicos fue contundente: rotura de ligamentos. Ustari lo sabía y por eso lloró en la camilla que le alejó del césped, al que tardaría volver más de ocho meses. Atrás quedaban rotas sus ilusiones por quitarle el puesto en el Getafe a su compatriota, el "Pato" Abbondanzieri. En su primer año en el club madrileño, Ustari fue el suplente de lujo del actual portero de Boca Juniors. No en vano, "Osky" es el fichaje más caro de la historia del Getafe. Siete millones de euros tienen la culpa.

Tras la lesión, llegó la recuperación, tanto física como moral. La primera temporada en España del argentino no fue nada buena. En Liga jugó cuatro partidos y 360 minutos con dos errores garrafales ante el Valencia. En Copa disputó ocho encuentros y tuvo otra oportunidad para lucirse en la final de la competición. Pero de nuevo apareció el gafe del Valencia, que parece perseguir el destino de Ustari. En el tercer gol, el de la sentencia, volvió a fallar en un despeje propiciando el tanto definitivo para sus rivales, que finalmente se alzaron con el trofeo copero

Con esas credenciales afrontó los Juegos Olímpicos. En el espectro internacional, fue el sustituto de Abbondanzieri con Argentina. Pekín era una oportunidad para reivindicarse. Pero su rodilla no le dejó. Moralmente acabó tocado el año, casi más que físicamente.

Por eso, durante ocho meses, Ustari ha estado preparando su vuelta a fondo, cuidando todos los aspectos de su recuperación. Adelantó plazos y volvió a entrenarse con un mes de antelación, pero llegó tarde. El Getafe ya había contratado en el mercado de invierno al serbio Vladimir Stojkovic, que sustituía a Abbondanzieri. El muro que no dejaba pasar a Ustari se había marchado a Boca. Pero llegó otro, en forma de balcánico, que junto al gigantón Jacobo Sanz cerraban las puertas al jugador argentino.

Sin embargo, Ustari siguió trabajando con normalidad pese a ser el tercer portero del Getafe. De estrella del club, en un año pasó a ser un estrellado. Pero su constancia, y las convocatorias internacionales para el Mundial de Sudáfrica, dieron una oportunidad al ex de Independiente. Stojkovic llegó cansado de tanto viaje y Ustari fue convocado para completar el banquillo ante el Valencia.

El resto, sucedió durante el partido. Jacobo fue expulsado por hacer un penalti a David Villa. No había otra opción. Era el momento de Ustari, el que tanto había esperado. Saltó al terreno de juego después de ocho meses. Su primer contacto con el fútbol fue una pena máxima que casi detiene. Después, no hubo más. El Valencia no volvió a disparar entre los tres palos.

Pese a la derrota del Getafe por 4-1 Ustari volvió a sonreír. El guardameta volvió a jugar después de ocho meses largos. Además, lo hizo ante el Valencia, causante indirecto de las desgracias del argentino el pasado curso. Por lo menos, esta vez no falló.

El próximo capítulo lo vivirá la próxima semana. Con Jacobo sancionado, el entrenador Víctor Muñoz deberá decidir entre Stojkovic y Ustari. Si "Osky" juega, lo hará por segunda vez en ocho meses. No estaría mal. El año pasado, sólo lo hizo cuatro. Y eso que no estaba lesionado.