El peor Bayern de la historia

Sacudida goleadora del Barcelona ante el desastroso campeón alemán





El Bayern o una 'panda' de aficionados

El corderito bávaro que había precocinado su propia directiva antes de citarse en el Camp Nou, con declaraciones empequeñeciéndose frente a los culés, hacía preveer un exceso de precaución y temeridad en los planes tácticos de Jurgen Klinsmann. Llegaban dolidos y con las incontables bajas que arrastraban los germanos, la zaga parecía más propia de un equipo amateur (mezclando veteranos y noveles) ya que Brno apenas ha contado con minutos, Lell no es fijo, Oddo estaba cambiado de banda y De Michelis a veces actúa de mediocentro. Cuatro nombres en los que estaban puestas las miras (para bien o para mal) de cara al futuro muniqués. Si además Van Bommel (el 'peineta') tiene que organizar...

Y Guardiola, que se había preocupado muchísimo en la previa por Toni y sus centímetros, sabía que atacar esa debilidad defensiva del rival era su mejor baza. No había que ser demasiado listo para analizar que, con velocidad y movimientos, semejante línea iba a quedar en entredicho pero no tan pronto. Apenas al segundo intento, con sólo ocho minutos en el electrónico, un zurdazo de Messi abierto en banda tras pase de Etoo, abrió el marcador ante la inutilidad de una zaga que unos instantes después volví a hacer aguas con los mismos protagonistas pero diferentes asistentes. El camerunés remachaba un plácido balón del argento para resaltar las carencias bávaras.

Curiosamente, en lugar de serenar los ánimos, las tensiones enloquecieron en el seno del barcelonismo, que vivió minutos al más puro estilo getto, barriobajero y ‘macarra’. Una imagen desenfrenada de un Guardiola enfermo solicitando un posible penalti sobre Messi, le envió (como no podía ser de otra forma) a las gradas pues el cuarto árbitro fue incapaz de controlar sus alegrías verbales. Para rizar el rizo de malos modales, Henry remató una jugada veloz pero, cuando iba a chocar con el meta bávaro, Butt, decidió golpear sin pudor su rostro. El galo quiso taparse sus ‘vergüenzas’ pero resulta que con los tacos en la cara del germano y su sangre derramándose por el césped, le dejaron mal parado. De vergüenza. ¿Sabrá ‘Titi’ que es el Fair-Play? ¿Lo sabrá acaso Guardiola con sus ejemplos indisciplinarios a pie de césped?


Desastre consumado

Esos minutos relajaron la intensidad y dieron un respiro a los de Klinsmann, absolutamente perdidos en un mar verde. En uno de sus avances, ya con el descanso a punto de llegar, una arrancada hasta línea de fondo de Henry, dejó un hueco que el galo aprovechó para regalar un balón al área pequeña. Allí, entre tres defensores (aunque parezca milagroso y bochornoso), apareció la pequeña pierna de Messi, que cerró la primera mitad entre las desidias muniquesas. Eso sí, al argentino le partieron la cara antes de irse a vestuarios tras un pase sobre Henry, al que le devolvió la opción de gol que iba a redondear una primera parte desastrosa, vergonzosa y que engloba todos los adjetivos negativos en sólo 45 minutos. ¡Vaya Bayern!

En la segunda mitad, con el desastre ya consumado y limitándose a intentar limpiar una imagen bochornosa, el Bayern dio un par de avisos con Toni y Ribery dejandose ver. Nada que intimidara o lograra descontar un marcador doloroso que, por suerte, no iba a encontrar mayor desgracia. Zé Roberto, sólo ante Valdés, estuvo a punto de encontrar el gol. El Barcelona quiso pero ya no pudo crecer en sus ambiciones y se frenó aunque el Bayern, salvo milagro, se rindio a sus pies. Quizás, el bochorno más lamentable del año.