"El fútbol ayuda a olvidar los problemas de la guerra"

El veterano técnico serbio, que acaba de firmar como seleccionador de Irak (es la octava selección a la que dirige), analiza la 2009 Peace Cup Andalucía





La Peace Cup aterriza por primera vez en España. ¿Qué le parece la idea de traerla a Europa desde Asia?
Me parece fantástica por todo lo que representa España como país dentro del fútbol mundial. Pienso que puede ser un acontecimiento extraordinario el venir a un país donde hay tanta pasión, por no hablar de la promoción que se puede hacer para expandir el torneo a todo el mundo.

Usted que es un trotamundos y a viajado tanto, ¿es el fútbol una herramienta eficaz para conseguir la paz en los países que tienen conflictos?
No tengo la menor duda. Por varios aspectos. Primero, por el espíritu de ganar y de competir sana y lealmente que muestra el jugador. También por la solidaridad que muestra tan a menudo para conseguir dinero a través de partidos y actos benéficos que ayuden a la gente que realmente está necesitada en todo el mundo, y que por desgracia es demasiada. Estas ayudas se extienden a ámbitos como la salud y la educación, tan despreciados en los países más desfavorecidos del planeta, muchos de ellos sumidos en guerras y conflictos. Pienso que hasta en esos lugares el fútbol actúa como un mecanismo de hermandad entre la gente que tiene diferencias de tipo político o social.

Real Madrid, Celtic, Sevilla, Liga de Quito, Oporto, Lyon, Juve... Es difícil encontrar un mejor cartel para un torneo como éste, y justo en plena pretemporada.
Efectivamente, se trata de un cartel extraordinario, no sólo por la tremenda calidad de las plantillas de esas escuadras que acaba de mencionar, sino también por la grandeza de su historia y su implicación en un torneo con tan buenos propósitos como esta Peace Cup.


Que esté el Real Madrid en ese elenco de doce equipos, y siendo el torneo en España, ¿es una garantía de éxito?
No cabe duda de que el espectáculo está asegurado con la presencia de un equipo del señorío y el tirón del Real Madrid. Además, como el torneo será justo antes de la nueva temporada al público y a los medios les interesará mucho ver cómo llegan los equipos, cómo se han acoplado los nuevos fichajes y si los equipos están bien preparados para lo que se les avecina.

¿Cree que las condiciones climáticas del sur de España ayudarán a que el torneo responda a las expectativas desatadas?
Seguro que sí, pero sobre todo será interesante ver cómo se identican los equipo participantes con los aficionados de Jerez, de Málaga o de Sevilla, que no tienen la oportunidad de ver habitualmente a estos equipos. Es una excelente ocasión para disfrutarlos y también para los propios equipos, que tienen la ocasión de colaborar en un proyecto tan apasionante y hermoso como la lucha por erradicar los conflictos y el dolor en el planeta.

Imagino que, como nuevo seleccionador de Irak y futuro rival de España en la Copa de las Confederaciones, le veremos mucho por aquí para espiar a La Roja...
Vendré seguro, pero no para espiar. Esto no es como antes. Ahora tienes todo en internet y es mucho más fácil. De lo que se trata es de tener calidad o no, y de poder prepararse de la mejor manera posible para esa competencia. Estoy seguro de que los jugadores de Irak tendrán el deseo de demostrar al mundo que son gente con mucha capacidad. Yo no dudo que van a hacer todo lo posible para tratar de dar a la gente de su país una alegría como la que les dieron hace dos años en Copa de Asia o en los Juegos de Atenas, donde fueron cuartos. Este torneo es una ocasión magnífica para enfrentarte a Sudafrica, país organizador de Mundial; España, que en estos momentos es el campeón de Europa y uno de los mejores del mundo; y a Nueva Zelanda, que quiere regresar a un campeonato mundial después de casi 30 años ausente. Pienso que para nosotros será interesantísimo para calibrar nuestras fuerzas y dar a conocer al mundo a un país como Irak desde otra perspectiva, esa que habla de un pueblo pasional y unido a través del fútbol.


¿Qué importancia daría al fútbol en esa misión pacificadora en un país tan convulso como el iraquí?
Muchísima. Por ejemplo, cuando ganaron la Copa de Asia fue una fiesta para todos, chiíes, suníes, kurdos. Toda la gente veía los partidos juntos, sin importar su religión ni nada. Por eso la alegría que dio el fútbol en aquellos días fue una forma de ayudar a pacificar el país, o al menos tenerlo en calma mientras duró el torneo. Creo que fueron unos días inolvidables y la gente agradeció de corazón lo que consiguieron sus jugadores, máxime teniendo en cuenta las condiciones tan duras en las que trabajaron y encima lejos de un país donde caen bombas todos los días. Por todo eso, pienso que ganar a Arabia Saudí en la final fue un auténtico milagro.

¿Había ya ganas de engancharse a la rueda de los banquillos?
Bueno, durante todo este tiempo no me he separado del fútbol. He pasado bastante tiempo en Qatar, un país maravilloso donde me siento como en mi propia casa. Pero ahora ha surgido esta ocasión y no podía rechazarla. Vamos a tratar de hacer todo lo posible para conseguir los resultados que espera la gente y darles otra alegría que mitigue su sufrimiento.