Touré: corte de mangas a la bilbaína

Hubiese supuesto la segunda amarilla y dejar al Barcelona con 10 durante 60 minutos





Corría el minuto 30 de partido cuando Touré Yayá sentó de culo a un Llorente disperso, se fue después de Toquero con también pasmosa facilidad y su fuerte disparo raso roza en los pies de Amorebieta lo justo para que el balón se colara junto a uno de los palos de la portería de Iraizoz. Suponía el 1-1 y el principio del fin del Athletic de Bilbao.

Sin embargo, la acción continuó y Touré Yayá se fue hacia uno de los córners a celebrar el gol coincidiendo con que en esa zona estaba la afición del Athletic. El jugador del Barcelona lo celebró dedicando a ese sector del campo un corte de mangas monumental que exasperó a la afición y a la que ni sosegó los intentos de Etoo por calmarla.

Vamos, que lo vio todo el mundo menos los de siempre. Resulta que Touré tenía ya tarjeta amarilla por una dura entrada sobre Toquero nueve minutos antes de que marcara el gol. El cuerpo arbitral, que para la final de la Copa del Rey lo compusieron cinco colegiados, ni se enteraron, vamos en Babia como es costumbre cuando se trata del Barcelona.

Alves, un grandísimo tramposo

Vamos, que Etoo y sus compañeros se llevaron a Touré Yayá de esa zona del campo tras el corte de mangas a la bilbaína y los colegiados no se enteraron de nada. Pero de nada. Una pena porque este Medina Cantalejo ya no volverá a pitar una final de la Copa del Rey y no por esta jugada si no por que se le ha pasado el arroz, como volvió a demostrar anoche en Mestalla. Y no vale eso de escudarse en que su equipo no lo vio, él era el responsable de aplicar el reglamento cosa que se olvidó de hacer una vez más a favor del Barcelona. Si lo hubiese hecho los de Guardiola (silencio 'stampa' del técnico sobre esta acción) se hubiesen quedado con 10 desde ese minuto 30 y quizá el cuento hubiese acabado de otra manera


Pero también el público del Athletic tuvo su desvarío protagonizado por un energúmeno que lanzó un bote y dio de lado en la cabeza del ‘llorón’ Alves, que ayer volvió a protagonizar un partido lamentable con escenificaciones de dolor en la que se temió por su vida, pero que segundos después de que el árbitro pitase la falta y amonestase al rival de turno ya corría otra vez por el césped en plenas condiciones y sin secuelas del episodio dramático que acababa de protagonizar.

La afición del Athletic reaccionó con cordura y delató al energúmeno que lanzó el bote y que la policía detuvo poco después del lamentable lanzamiento. Alves se reincorporó poco después sin secuela alguna.