El presidente del Valencia dimite y acerca a Villa y Silva al Madrid

Soriano deja el cargo





Soriano recibió el pasado día 26 de mayo plenos poderes hasta el día de hoy del consejo de administración del club para gestionar la venta de los solares del actual campo de Mestalla, lo que habría aliviado la difícil situación económica que atraviesa la entidad, pero no logró su objetivo.

La decisión ha sido comunicada tres días antes de la junta general de accionistas de la sociedad, prevista para el domingo, en la que se planteará una ampliación de capital social. Soriano comunicó su "dimisión irrevocable como presidente del Valencia", antes de asegurar que luchó por "un plan de negocio que diera estabilidad" al club. "Pero a fecha de hoy, pese a gestiones muy avanzadas y casi cerradas no le he conseguido, y por coherencia y convicción personal me voy", agregó.

"No he dimitido antes porque pensaba que podía concluir con éxito las gestiones para las operaciones inmobiliarias que suponía a la salvación económica del Valencia", continuó en su alocución. Explicó que después de "muchos meses de negociaciones en secreto", la pasada semana solicitó poderes al Consejo de Administración, ya que era un paso previo para encarar el final de la operación, aunque "finalmente no es posible cerrar un negocio, de la magnitud del que hablamos, en las fechas que el consejo marcó".

Aseguró también que esta situación le ha costado "mucho dinero, mucha salud y muchos malos ratos". "Era mi sueño ser presidente del Valencia, pero mayor era el sueño de serlo de un club saneado, fuerte y competitivo. Me voy con esa espina en el corazón", añadió. Soriano reconoció que el reto que se marcó no era fácil, como era tratar de vender unos terrenos de más de 60.000 millones de pesetas en la mayor crisis inmobiliaria de la historia.

"Si de por sí la operación era complicada, lograr su materialización sin apenas apoyos y constantemente presionado, era virtualmente imposible. Me he sentido muy solo y en muchas ocasiones he tenido que sortear piedras en el camino. Tampoco buscaré excusas. No hace falta que sea yo quien les diga cómo estaba el Valencia cuando en el mes de julio pasado iniciamos este proyecto", continuó.

Así, en ese sentido, calificó su llegada al club de "una situación terminal" que asumió "cargado de ilusión y optimismo" y que un año después se va "con la conciencia tranquila". "Me podrán achacar -prosiguió-, que diera por cerrada la operación en la Junta General de octubre, pero si alguien se puede sentir engañado soy yo el primero, porque para mí estaba todo cerrado. Luego, como ocurre a veces, se torció. Si mi error ha sido no poder salvar al club, al menos siempre podré decir que yo lo he intentado. Ojalá muchos más lo hubieran intentado conmigo".

El ya ex presidente del Valencia aseguró haber "dado todo lo que tengo" por el Valencia, además de apuntar que se iba "con la sensación de no haber podido lograr lo que creo que sí podría conseguir en otras condiciones". Aunque reconoció la desilusión que ha supuesto el no haber podido cerrar la venta de la parcelas de Mestalla, dijo que no se marcha "con la sensación de fracaso", ya que "para mí, fracasa únicamente quien no lo intenta y yo lo he intentado con todas mis fuerzas".

De sus logros destacó haber logrado que David Villa y David Silva se quedaran en el Valencia. "Un año después tengo muy claro que si es deseo de mis sucesores venderlos, valdrán mucho más que hace doce meses. Por convicción no seré yo quien desmantele al equipo. Vender a nuestras estrellas puede tapar agujeros, pero no enderezará la institución", declaró.

Para finalizar, Soriano manifestó que se va triste pero sin rencor y con la intención de no dejar enemigos. "Cualquiera que quiera al Valencia se iría así. Hoy quiero acordarme de mi mujer y mis hijos, que lo han pasado muy mal en los últimos meses. Por ellos, también, tomo esta decisión", dijo Soriano.