Laporta, el imperialista

Caso Ibrahimovic: por la boca muere el pez





Un Laporta que se quejaba del imperialismo y la prepotencia del Real Madrid en los fichajes de hombres como Kaká y Cristiano Ronaldo ha tenido la desfachatez de realizar una operación de una cuantía superior por un buen jugador, sin más. Por si fuera poco, las formas han sido penosas.

Ibrahimovic le va a salir al Barcelona por un ojo de la cara. 45 millones de euros de la tiritante caja fuerte del Campo Nuevo, el traspaso de Etoo, el mejor de sus goleadores, y la cesión de Hleb, asumiendo su insignificante ficha de casi 8 millones de euros. Una ganga, sí señor. Mourinho, que no quería ni en pintura a Ibrahimovic en su proyecto al frente del Inter, estará dando palmas con las orejas al saber que se ha quitado del medio al jugador más díscolo y problemático del planeta fútbol.

La hipocresía de Laporta podría ser honrada por el castizo refrán español de “por la boca muere el pez”. 90 millones de euros por un jugador de 28 años que acomete ya su cuesta abajo no es imperialista. Moratti aún lo está celebrando. Y eso que pensábamos que el tiempo de los trileros ya había pasado.