Domenech se casa tras el desastre

Pidió matrimonio en directo a su novia tras el partido





El seleccionador francés, Raymond Domenech, el centro de todas las críticas tras la eliminación de su equipo en la primera fase de la Eurocopa, quiso ocultar el divorcio con la afición con una original maniobra: pedir en directo y por televisión la mano de su novia, presentadora de un programa de fútbol.

Hacia pocos minutos que Francia había perdido contra Italia y, por tanto, que había dicho adiós a la Eurocopa. Un periodista del canal de televisión francés M6, el mismo que retransmitió el partido en directo, el mismo en el que trabaja Estelle Denis, novia del seleccionador y madre de su hija, entrevistaba a Domenech.

A la pregunta sobre su futuro al frente de la selección el técnico respondió: "Sólo tengo un proyecto, casarme con Estelle. Esta noche que se lo pido en serio".

Las cifras de audiencia indican que más de trece millones de personas siguieron en directo el partido, lo que le convierte en el programa más visto del año. Muchos de ellos, todos menos los que enjugaban sus lágrimas o su rabia, asistieron en directo a una escena de película, de telerralidad.

Desde París, Estelle Denis mantenía la calma mientras moderaba un debate en el que se multiplicaban las críticas al hombre que unos minutos antes acababa de pedirle la mano.

Domenech logró por un momento desviar la atención, pero no se quitó de encima el interrogante sobre su futuro, que volvió en la rueda de prensa posterior al partido. Y que seguirá planeando en el fútbol francés en los próximos días.

Francia se va de la Eurocopa con un punto y un gol, un triste bagaje para una subcampeona del mundo que había aterrizado con aires de favorita y que se marcha herida en su orgullo con la sensación de haber puesto punto final a una generación.

El ambiente recuerda al de 2002, cuando la mejor generación del fútbol francés de todos los tiempos, liderada por Zinedine Zidane, se marchó del Mundial de Corea del Sur y Japón, donde era defensora del título, sin marcar un sólo gol.

Tendrá que sudar el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Jean-Pierre Escalettes, para defender a Domenech como seleccionador hasta el Mundial de 2010, algo que se ha comprometido a hacer.

Domenech, el hombre que llegó a la selección para pilotar la era post-Zidane, es ahora sinónimo de continuidad en un ambiente que reclama con intensidad una revolución que instale definitivamente la generación de Benzema.

La pesadilla de Zúrich, escenario de la derrota contra Italia, abrió la caja de Pandora del final de un ciclo.

Claude Makelele se apresuró a confirmar que sus días como internacional han terminado. No es la primera vez que el afanado centrocampista de 35 años proyecta dejar la selección. Lo hizo tras el Mundial de 2006, pero la obstinación de Domenech, que llegó a amenazarle con sanciones, le obligó a regresar.

Lilian Thuram, un año más viejo, el hombre que más veces ha vestido la casaca "bleu", también aseguró que no volverá al equipo nacional, al que también regresó por deseo de Domenech.

La mirada se vuelve ahora hacia Patrick Vieira, 31 años, y Thierry Henry, 30, dos de los pesos pesados de la generación que puede dejar paso tras el fracaso suizo.

Ninguno de los dos parece sobrado de energías y ambos han visto sus temporadas constantemente interrumpidas por lesiones que les han alejado de su plena forma física.

Son los dos últimos representantes del equipo que ganó el Mundial de 1998 y la Eurocopa de 2000 y, como tales, representan el Antiguo Régimen. Eso les asegura un plato en el banquete nupcial de Domenech pero no un puesto internacional.