Alemania se queda con la miel en los labios






Los tópicos están para romperlos. Aquella frase acuñada al delantero inglés Gary Lineker que decía "el fútbol es un deporte donde juegan once contra once y, al final, ganan los alemanes" ha quedado en entredicho. Los pupilos de Joachim Löw no acudieron a esta vez a la cita con la historia.



No obstante, Alemania es la selección que por el momento ostenta el mayor número de títulos europeos, con un total de tres en las seis finales que ha disputado, pero España ya le pisa los pies. Igualmente la marca de los germanos es envidiable ya que en la mitad de las ediciones que se han disputado de la Eurocopa ha sido capaz de, al menos, estar en la final.

El palmarés de los alemanes en los europeos se estrenaría en la Euro de Bélgica en 1972, cuando ganaban su primer título dando una lección de fútbol a la URSS (3-0) en la final con Gerd Muller a la cabeza, que además fue máximo goleador del torneo con 5 tantos. Los dos años siguientes volverían a copar las finales. En Yugoslavia 76 sólo la Checoslovaquia más potente de la historia pudo frenarla en la tanda de penaltis en la final, unos lanzamientos en los que Antonín Panenka pasaría a la historia burlando las leyes del fútbol, los nervios, al portero alemán Sepp Maier y casi la cordura aquel lanzamiento famoso que acabaría acuñándose como "el penalti de Panenka". En Italia 80 Alemania se alzaría con su segundo título europeo tras derrotar en la final a Bélgica por 2-1 con dos goles de Hrubesch.

Doce años le costaría a los germanos volver a acaparar las miradas en un Europeo. No fue hasta Suecia 92, dos años después de ganar el Mundial de Italia ante Argentina, cuando Alemania volvería a estar en una final. Esta vez el rival fue la Dinamarca de los hermanos Laudrup, que le robaría el título barriéndo a la República Federal de Alemania 2-0 en el partido decisivo. Inglaterra 96 fue la siguiente cita y Alemania volvería a llegar hasta la final para medirse a la República Checa. Dos goles de Bierhoff, el último en el minuto 95 de partido, y la brillante actuación del "Ratoncito" Hassler daban su tercer entorchado a los alemanes.

Ante España, los germanos tenían la oportunidad de distanciarse en el palmarés de los ganadores de estas citas europeas, pero esta vez el destino estaba escrito en otro color, el amarillo y rojo de nuestra selección.