Laporta quiere burlar la moción de censura





Joan Laporta está ante la mayor prueba de fuego por la que ha pasado desde que está al frente del Barcelona. La mala temporada deportiva en varias de las secciones del club, sobre todo en fútbol, le han llevado al borde del precipiocio. Hoy es el día en el que los socios del club están convocados para votar la continuidad del presidente o el cese en sus funciones, así como el del resto de la junta, en el referendo de moción de censura promovido por un grupo encabezado por Oriol Giralt.



De los 160.000 socios que tiene el club culé. pueden ejercer el derecho a voto 118.528 asociados, y si se da más de un 10% de presencia electoral de la masa social y dos terceras partes de los votos son a favor de la moción, ésta prosperaría. Entonces el equipo de Joan Laporta cesará en sus funciones inmediatamente. Si la moción de censura no prospera, la junta directiva barcelonista podrá continuar con su mandato, que se inició en el verano del 2006 y que debería concluir el 30 de junio del 2010.

Si tuviera que haber elecciones, una comisión gestora, presidida por el economista Xavier Sala i Martín, que a su vez es presidente de la comisión económica del club, tomará el mando del club y lo deberá conducir a unas elecciones a la presidencia, cuyo plazo máximo para convocarse será en tres meses.

Las últimas declaraciones de Sala i Martín han generado una gran confusión, ya que el economista advirtió ayer que el club se paralizaría durante el mandato de la gestora, para evitar que ningún socio presentase alguna demanda por las acciones que pudiese emprender la junta accidental.

Oriol y Castellví materializaron las protestas

La moción de censura contra Joan Laporta está impulsada por dos socios del Barça, Chrisrian Castellví y Oriol Giralt, quienes defiende que el club catalán, bajo el mandato de una junta gestora, puede llevar a cabo acciones ordinarias, como la compra o venta de jugadores sin mayor problema.

Giralt y Castellví presentaron hace dos meses una moción contra Joan Laporta y su junta, cuya motivación se recogió en nueve puntos, aunque tras las deliberaciones en la mesa del voto de censura quedaron reducidas a la mitad. En resumen, en ellas denunciaban el "desgobierno" que ha reinado en el Barcelona en los últimos años, así como la "mala gestión" de los directivos.

La moción fue admitida, después de haberse validado 9.145 de las firmas recogidas, una cifra muy superior a las 5.882 que exigían los estatutos del Barcelona.

La mesa del voto de censura, integrada por los impulsores de la moción, así como por los dos representantes del Barcelona (los directivos Joan Franquesa y Josep Lluís Vilaseca) y el presidente de la misma, el abogado y presidente de la Unión de Federaciones Deportivas Catalanas (UFEC), David Moner, además de validar las firmas estableció las dos preguntas que se formularán en el referendo de mañana.

El redactado a favor de que la moción prospere es el siguiente: "Sí al voto de censura promovido por los socios Oriol Giralt y Christian Castelleví contra la junta directiva del FC Barcelona. Este voto afirmativo significa solicitar el cese de toda la junta, hecho que comportará la convocatoria de elecciones".

Mientras, el voto en contra de la moción tiene el siguiente redactado: "No al voto de censura promovido por los socios Oriol Giralt y Christian Castelleví contra la junta directiva del FC Barcelona. Este voto negativo significa aceptar la continuación de la actual junta directiva, hasta la finalización de su mandato".

Para que la moción de censura prospere es necesario que vote en las 120 mesas que se dispondrán en el Camp Nou como mínimo el 10% del censo, es decir 11.852 socios, y que dos de cada tres votos emitidos la respalde. En caso contrario, así como en el caso de que no vote el 10% de los asociados que están llamados a las urnas, la junta directiva tiene derecho a continuar su mandato.

La aparición de Sandro Rosell



Durante la campaña del voto de censura, que ha durado casi un mes, ambas partes se han lanzado acusaciones graves, cuyo punto culminante fue la aparición en escena de Sandro Rosell, ex vicepresidente deportivo de la junta de Laporta desde el 2003 al 2005, que se posicionó en favor de la censura y que animó a los socios a que votasen contra la junta.

Este hecho posibilitó que la junta desplegase una estrategia para señalar a Rosell como parte activa de la moción, incluso denunciar que estaba detrás de Giralt, mientras que los colaboradores del ex vicepresidente, los ex directivos Jordi Monés, Jordi Moix, Josep Maria Bartomeu y Javier Faus también, recurriesen a los medios en esta última semana para cargar contra la junta y Laporta.

Debido a este cruce de acusaciones, la moción quedó polarizada entre los ataques de los ex directivos y de la actual junta, incluido Laporta, hasta el punto de escenificarse una campaña electoral encubierta, más que un voto de censura.

El del día de hoy es el segundo voto de censura que se plantea en el Barcelona. El primero de ellos lo presentó Joan Laporta contra el presidente barcelonista en 1998, Josep Lluís Núñez. Aquella junta sacó adelante el voto al vencer en las urnas por 24.863 votos contra los 14.358 que obtuvo el grupo liderado por Laporta. El 44% de los socios fueron a las urnas, lo que representó todo un éxito de participación.