Brasil todavía no sabe qué camiseta usará en los JJ.OO.





Las selecciones de fútbol de Brasil, la masculina y la femenina, llegaron hoy a China sin saber si podrán utilizar las camisetas que llevan en la maleta en sus respectivos estrenos en los Juegos Olímpicos.

La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) pretende vestir a sus futbolistas con la misma equipación que utiliza la selección absoluta, con su famoso escudo azul con la cruz blanca, coronado por las cinco estrellas que reconocen sus cinco títulos mundiales y, por supuesto, el símbolo de su patrocinador, la estadounidense Nike.

Por las reglas del Comité Olímpico Internacional (COI), ninguna selección puede exhibir un distintivo diferente del de sus afiliados en los Juegos, así que la "verdeamarilla" debería estampar en su pecho el logotipo del Comité Olímpico Brasileño (COB).

La máxima autoridad olímpica ya ha manifestado a Brasil su veto al blasón de la CBF, según han recogido varios medios brasileños, pero el ente futbolístico se resiste a ceder a renunciar a su marca, con la que ha obtenido los mayores logros de su historia.

La CBF aún tiene un as en la manga, el apoyo de la FIFA. Según publicó hoy el diario Folha de Sao Paulo, los representantes de la federación brasileña llevaron el pasado viernes su petición al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que se encontraba en Vietnam, al igual que la delegación "auriverde".

La mayor dificultad para llegar a un acuerdo reside en la incompatibilidad de los acuerdos de estas entidades con sus respectivos proveedores de marcas deportivas.

El COB tiene un contrato con el fabricante de material deportivo brasileño Olympikus, que viste a todas sus selecciones, menos la de fútbol, único deporte al que el COB ha tenido que ceder por el multimillonario contrato del ente futbolístico con Nike.

Por su contrato, el COB nunca podría estampar su marca en el mismo pedazo de tela en el que aparezca el símbolo de la empresa estadounidense.

Si el COI no cede y las selecciones brasileñas se tienen que arrancar las tres letras de la CBF, quedarían pocas alternativas para la "canarinho".

Una de ellas, que ya baraja el COB, según medios brasileños, sería sustituir su escudo por el de la bandera brasileña, lo que supondría apenas eliminar los aros olímpicos del conjunto.

El mayor problema es que Nike no tiene esas camisetas manufacturadas y el tiempo corre a favor de la empresa estadounidense por el inminente comienzo de la competición en fútbol, que empieza antes que la inauguración de las justas olímpicas.

La selección femenina debutará el próximo miércoles, ante Alemania. Los hombres lo harán un día después, contra Bélgica.

Si el COI confirma su veto y Brasil tiene que cambiarse de equipación a última hora, la "canarinho", sin saberlo, estaría repitiendo un curioso suceso que ocurrió justo antes de la final del Mundial de Suecia de 1958, en el que ganó su primer título, que marcó el comienzo de la hegemonía futbolística de los brasileños.

En aquella ocasión, los brasileños viajaron a Suecia sólo con camisetas amarillas. No esperaban cruzarse en la final con los organizadores, que también jugaban con el mismo color, por lo que obligaron a los visitantes a utilizar una segunda equipación que no llevaban en las maletas.

Un asistente tuvo que comprar un día antes de la final unas camisetas azules, de tosco algodón, en una tienda de deportes de Estocolmo, para después coserles el escudo de la entonces Confederación Brasileña de Deportes (CBD).

Si el acuerdo del COI y la CBF tarda en llegar, quizá se vuelva a repetir la imagen de un asistente brasileño comprando las camisetas a última hora, ahora en un mercadillo de Pekín.