Juande deja a Schuster en el olvido





Puede que una o ninguna, y es que después de un mes ya, parece que el legado deportivo que ha dejado Schuster en Chamartín ha sido nulo, si obviamos toda una retahíla de citas célebres, claro. Ganó una Liga, sí, pero en la segunda temporada se demostró que esa anárquica política del laissez faire no funcionaba cuando tu portero descendía de los cielos o cuando las lesiones te quitaban a jugadores clave.

La llegada de Juande ha aportado a este Madrid un orden táctico del que carecía completamente, y el manchego me deja la sensación de que domina a la perfección los recursos que hay en esta plantilla que no confeccionó, y es capaz de exprimir al máximo a cada jugador dentro de la idea que él tiene del fúbol. Estoy convencido de que en un partido como el del domingo, Schuster se hubiera limitado a esperar a que el caótico Burrull pitara el final del partido para esgrimir en rueda de prensa que miró al banquillo y no vio soluciones, o que no se puede ganar a un equipo como Osasuna.

En su momento dudé de que se hiciera bien echando al alemán a cuatro días vista del partido ante el Barcelona porque quizá añoraba algo de estabilidad institucional, pero hay que reconocerle a la actual directiva el acierto de apostar por Juande antes de que terminara la temporada. Es una pena que la buena gestión deportiva de esta directiva (quebrada últimamente por el fracaso en la contratación de una estrella mundial que aportara ese salto de calidad necesario, y por la chapuza de Lass y Huntelaar) haya sido empañada por las constantes meteduras de pata del ex presidente, y por los distintos escándalos conocidos por todos. Ahora, con las elecciones a la vuelta de la esquina, cada candidato vendrá con un entrenador bajo el brazo, fechando así la caducidad de un Juande que, en tres veces menos tiempo a cargo del Madrid, ha dado todo un repaso futbolístico al olvidado Schuster.