Marcelo, Marcelo... ¡Qué cosas tiene mi novio!






Es probable que él no sea el culpable de jugar en el Real Madrid. Es como lo del tigre que se merendó a unos cuantos: la culpa no la tiene él, sino el que le abrió la jaula. De acuerdo. Nadie con dos dedos de frente le hubiera puesto la camiseta blanca tan pronto a éste futbolista; que no es malo, pero no lo suficientemente bueno como para saltar con el escudo del Real Madrid al estadio Santiago Bernabéu.

Si bien es cierto que últimamente jugar en el equipo blanco es bastante barato. Juega cualquiera y a las pruebas me remito. Es verdad que a lo largo de la historia de éste equipo han jugado en él algunos que ni en sueños se lo podían haber imaginado, pero actualmente es que hay muchos soñadores a los que se les ha hecho realidad el sueño. A Marcelo más aún.

Vengo escribiendo desde hace tiempo que algunos jugadores de ésta plantilla no pueden jugar en el Real Madrid. Fundamentalmente por dos motivos: 1º, por no tener la calidad suficiente y 2º, porque no saben la camiseta que se ponen. A los dos puntos anteriores añadiría que algunos no saben dónde, ni ante que afición juegan. Marcelo reúne todas las 'cualidades' para salir del equipo del Siglo XX.

De entrada no se entera. Los silbidos no estaban dedicados a su persona, y sí al cambio que hizo 'Juande Capello'. De salida, querido Marcelo, debería preocuparte, y mucho, si la afición de tu estadio te silba, ya que ellos son los que te pagan y, además, demasiado bien. Pero bueno, tú tampoco tienes la culpa de la cantidad que te dan, el culpable vuelve a ser el guardián de la jaula. La misma inteligencia que demuestras al cobrar, deberías tener al hablar de aquellos que te aplauden cuando corres como pollo sin cabeza por la banda del estadio Santiago Bernabéu.


Ya sé que estás hasta el gorro de ser el chivo expiatorio de un equipo donde la media no tiene el nivel necesario para lucir la camiseta blanca. Conozco tus enfados cada vez que oyes el aire que sopla desde la grada como notas musicales desaprobando tu fútbol. También sé lo que te reconforta ver tu cuenta corriente, aunque los que te pagan sean los que te silben y a ti te importe un pito sus sonidos. Como tampoco me podrás negar como te quejas a tus allegados, al sentirte discriminado por los 'frustrados futbolistas' de la grada. Y no desconozco tampoco como 'fardas' de lo bien que vives últimamente,  favorecido por tanto 'follón' como hay en tu club y que gracias a ello se olvidan de ti.

Por todo esto y por otras cositas más, como decía D. Luís Aguilé: "Pide perdón o calla para siempre" mientras sigas en el Real Madrid. ¡Marcelo la has vuelto a cagar! Entérate de lo que significa jugar con esa blanca camiseta y, después, si estás en disposición de defenderla, vuélvetela a poner. Porque, querido Marcelo, en el Real Madrid, esa camiseta, además de sudarla hay que sentirla, dentro y fuera del césped. ¿Me comprendes lo que te quiero decir, Marcelo? Si no me entiendes que te lo explique tu paisano Roberto Carlos, que sin compararte, que ese fue otro error del que te abrió la jaula y a él se la cerró, él sabía como se hacía. ¡Por Díos! ¿Marcelo el nuevo Roberto Carlos? Es como dice el dicho, sin racismo de por medio: "Comparar a Dios con un…"