Vergüenza en El Molinón: ¡Raúl jubilate!





No soy dudoso. Soy de Raúl. Raulista cien por cien, con sus virtudes y con sus muchos defectos pero, Raulista. No le debo nada, ni él a mí. Ni le agradezco ni me tiene que agradecer. Hemos estado muy unidos en el pasado por motivos profesionales y personales. Sé que hay muchos que esperan pasarle factura para cuando deje esto del fútbol. No desconozco tampoco su marketing infame. Habla demasiado poco fuera del campo. Quizá por no bailar al son de muchos le quieren poco. Reconozco que se hablan muchas cosas de él y de sus relaciones con el vestuario. Del Madrid y de la selección. No puedo negar que a veces yo mismo, que le quiero, le daría dos cogotazos. Y seguramente él, a quien esto escribe.

Le nombran entrenador, instigador, censor, huraño, que todo lo quiere manejar y controlar. Que es un ninguneador y un exterminador de todo aquel que pretenda arrebatarle el puesto de titular. Por hablar de él, han dicho que Juande es entrenador blanco porque él así lo quiso por asegurarse su futuro inmediato en el Real Madrid. Hasta gratuitamente le han enjuiciado como mala persona. ¡Qué barbaridad! El día que se sepa todo lo que hace en silencio por los demás, alguno se tendrá que esconder bajo tierra.

Ninguno de los calificativos que he escrito anteriormente se merecen (suponiendo que fueran ciertos, que no todos lo son) un trato como el del domingo pasado en Gijón. No digo yo que le hicieran la ola, pero un respeto sí.

Un jugador que lleva defendiendo el escudo del Real Madrid tantos años y, de qué manera, se merece un mínimo de consideración incluso de una afición rival. Un profesional que ha defendido nuestro fútbol, (su fútbol) como él, no es merecedor de tal azote con ritmillo guasón y despreciativo. Raúl quiera o no El Molinón, es historia de nuestra Liga. El Molinón y su hinchada muy a su pesar ya es más historia del Real Madrid, gracias a los dos goles de Raúl de la última jornada. El campo sportinguista estará en las estadísticas de la Liga española irremediablemente marcado por dos números: el 308 y el 309. Esos son los dígitos que a algunos les dolerá que lleven el sello de Raúl escritos contra el Sporting y en Gijón. Dentro de otros 30 años, cuando aún nadie le haya superado, algún periodista recordará que en El Molinón, Raúl supero en goles a D. Alfredo di Stéfano en el estadio del Sporting de Gijón, cuna de una gran persona y de otro gran goleador: Enrique Castro 'Quini'.

Con todo lo bueno que tiene Asturias y Gijón, que tristes deben sentirse hoy los buenos aficionados de la playa de San Lorenzo. Saber que hoy están en boca de mucha gente sensata, que no entienden la reacción de la hinchada rojiblanca hacia el ‘7’ blanco, debe de ser para ellos, al menos un poco vergonzoso. Del "así, así gana el Madrid" han pasado 30 años después al "Villa, Villa Maravilla... Raul Jubílate". Y lo que es peor aún: no cobrarán derechos de autor de la SGAE. ¡Ah! Querida Milá, amiga Mercedes, me fumo otro cigarro habano a la salud de la grandeza de Raúl. ¡Y qué bien me va a saber!