Sinceramente, no soy de los que me gusta engañar a nadie y siempre digo lo que pienso. Por eso soy afortunado. Y por eso siempre he mantenido que, este año, el Madrid va a ganar el doblete: nada de nada. Muchos lo habréis leído varias veces en estas líneas. Sin embargo, no lo digo en tono irónico, ni de forma peyorativa para bromear con la situación de los blancos. Todo lo contrario. Lo digo con dolor, con rabia y con impotencia porque veo cómo está sufriendo la afición madridista cada poco en el Bernabeu. No es justo. Primero, por el aliento anímico que están haciendo los aficionados, encomiable. Segundo, por el sentimiento emocional de todos y cada uno de ellos al no arrojar la toalla en ningún momento, envidiable. Y tercero, por el esfuerzo económico de todos por pagar un carnet, una entrada o un desplazamiento para ver a su equipo, sobre todo en tiempos de esta crisis galopante que está ahogando poco a poco a todos. Y eso es increíble.
Por eso los jugadores tienen que ofrecer un plus de motivación y de trabajo hasta el final de la temporada para intentar conseguir la Liga, algo que parece improbable, pero no imposible. Porque en el fútbol no se vive de recuerdos, ni de tristezas, sino que se vive del presente de los reaultados que, salta a la vista, no parece que hayan acompañado al Real Madrid. Hay que vivir el día a día y ahora toca la Liga. Ahora toca la Liga, pero que también Boluda siga recapacitando, como parece que ha hecho con el tema de las elecciones que, si nada cambia, serán a finales de mayo. Por fin el presidente interino parece dispuesto a colaborar con las plataformas Ética Madridista y Plataforma Blanca por el bien de todos.
Hay que buscar el fin de la temporada con una calma social que todo socio quiere tras los últimos años. Y esto, evidentemente, es algo necesario y digno de todo respeto, orgullo y apoyo para ellos que, al final, son los que forman el Real Madrid.
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